Tepechicotlán

Tepechicotlán
Localidad
Coordenadas 17°28′59″N 99°24′56″O / 17.48317, -99.41549
Entidad Localidad
 • País México
 • Estado Guerrero
 • Municipio Chilpancingo de los Bravo
Altitud  
 • Media 1043 m s. n. m.
Población (2020)  
 • Total 1469 hab.
Huso horario UTC -6
Código INEGI 120290057[1][2]

Tepechicotlán es un pueblo que forma parte del municipio de Chilpancingo de los Bravo, en el estado de Guerrero, México. Está situada a tan solo 15 kilómetros al sureste de la capital estatal, en un valle fértil dividido por el río Huacapa, el cual también atraviesa la ciudad de Chilpancingo y nace en Omiltemi, al noreste de la capital.

Este pequeño poblado, rodeado de colinas y vastas tierras agrícolas, se distingue por su historia agroindustrial, su riqueza cultural y natural, y su valor patrimonial, siendo la ex Hacienda de San Cayetano uno de sus ejes históricos más significativos.

Toponimia

Tepechicotlán proviene de los términos en náhuatl: tepetl “cerro”; xico de xictli “ombligo” y tlán “lugar de”. Por lo cuál puede interpretarse como “lugar en el ombligo de la montaña” o “lugar entre cerros”, haciendo referencia a la ubicación de la localidad en un valle rodeado de cerros.

Historia

Hacienda de San Cayetano

Durante la época colonial, Tepechicotlán se consolidó como un sitio de contribución al virreinato gracias a la producción de caña de azúcar. En sus primeras etapas, se cultivaba la caña para producir panela, panocha o chancaca, productos dulces que continuaron fabricándose durante el periodo independiente. [3]

A lo largo de los siglos, la hacienda pasó por diversos propietarios, ya fuera por herencia o compraventa, y no fue hasta principios del siglo XX cuando alcanzó uno de sus mayores momentos de auge bajo la dirección de Don Ignacio Calvo Leyva. Tras su muerte en 1911, sus hijos Timoteo Calvo Salazar y Cornelio tomaron el mando con el consentimiento de su madre, Esther Salazar, viuda de Calvo. Poco después, Timoteo quedó como único encargado de la hacienda.

Modernización y diversificación productiva

Timoteo Calvo Salazar, ingeniero de formación y con experiencia laboral en la mina "La Dicha", trabajó bajo dirección técnica inglesa y aplicó ese conocimiento a la modernización de la hacienda. Con la posible asesoría de su primo, el ingeniero Agustín Aragón y León, introdujo equipos más eficientes e impulsó una diversificación productiva.

Durante la segunda década del siglo XX, la hacienda se transformó en una de las agroindustrias más florecientes de la región, produciendo: panela, azúcar, alcohol de 96º, melado, dulces artesanales como panochitas de limón, batidillos y otros derivados de la caña.

También se cultivaban frutas y café en sus huertas, haciendo de San Cayetano un modelo de productividad regional.

Entorno Natural

El entorno natural de Tepechicotlán se distingue por su ubicación en la región centro del estado de Guerrero, dentro de un paisaje montañoso que combina barrancas, laderas boscosas y áreas de cultivo. El clima es semicálido, lo que favorece la presencia de selva baja caducifolia, pastizales y huertos tradicionales.[3]

Medio ambiente y paisajes

El medio ambiente de la comunidad refleja una estrecha relación entre la naturaleza y la vida cotidiana de sus habitantes. Los paisajes están conformados por colinas, terrazas agrícolas, ríos y cañadas que, en temporada de lluvias, generan un mosaico de verdor que contrasta con las tonalidades más secas del estiaje. Estos elementos han determinado el carácter agrícola y ganadero de la zona desde la época colonial.

Clima

Tepechicotlán presenta un clima cálido subhúmedo con lluvias concentradas en verano, similar al clima registrado en la zona rural de Chilpancingo, que sirve como referencia climatológica para la región. La combinación de temperaturas cálidas y precipitación concentrada en verano es típica de la región sur de Guerrero, siguiendo la clasificación climática de Köppen modificada por García (2004).

La temperatura máxima promedio anual es de aproximadamente 29 °C, mientras que la mínima anual promedio es de 15 °C. Los meses más cálidos son mayo y junio, alcanzando máximas de hasta 32 °C, y los más fríos son diciembre y enero, con mínimas que pueden descender hasta 12 °C. La precipitación anual promedio es de 1205 mm, concentrándose principalmente entre junio y septiembre, coincidiendo con la temporada de lluvias. El periodo más seco ocurre entre noviembre y abril, con escasas lluvias.

Este clima favorece la vegetación de tipo tropical caducifolia y selva baja, aunque las temperaturas y lluvias también permiten la práctica agrícola estacional, adaptada a la temporada de lluvias. La altitud (alrededor de 1,250 m s. n. m.) suaviza las temperaturas respecto a las zonas bajas, aunque mantiene un régimen similar al de la región central de Guerrero. Los datos se adaptan de los promedios regionales de Chilpancingo de los Bravo (estación meteorológica más cercana), ajustados a la altitud local.[4][5][6]

  Parámetros climáticos promedio de Tepechicotlán, Guerrero 
Mes Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. Anual
Temp. máx. media (°C) 27.5 28.5 30.5 32.0 32.5 30.0 29.0 29.5 28.5 28.0 27.5 27.0 29.7
Temp. media (°C) 19.7 20.5 22.2 24.0 25.0 24.0 23.2 23.2 22.5 21.7 20.7 19.7 22.2
Temp. mín. media (°C) 12.0 12.5 14.0 16.0 17.5 18.0 17.5 17.0 16.5 15.5 14.0 12.5 15.0
Precipitación total (mm) 12 5 8 25 65 190 280 270 220 95 25 10 1205
Días de precipitaciones (≥ 1 mm) 1 0 0 2 6 16 21 19 18 9 2 1 95
Fuente: Servicio Meteorológico Nacional (SMN); INEGI; Weather Atlas (serie regional de Chilpancingo usada como proxy para Tepechicotlán) 30 de agosto de 2025

Flora y fauna

La flora de Tepechicotlán incluye árboles de guayaba, mango, jocote, parotas, mezquites y huizaches, junto con arbustos y hierbas medicinales utilizadas por la población local. En cuanto a fauna, se pueden encontrar aves como calandrias, gorriones, gavilanes, búhos y golondrinas; reptiles como iguanas y serpientes; así como pequeños mamíferos silvestres como ardillas, tlacuaches y conejos. La coexistencia de estas especies muestra la importancia de preservar el equilibrio ecológico y de mantener estrategias de conservación comunitaria.

Vida silvestre y natural

La vida silvestre en Tepechicotlán forma parte de la cotidianidad del pueblo. Los habitantes mantienen una relación de respeto con la naturaleza, donde el aprovechamiento de frutos silvestres, la cacería moderada y la agricultura tradicional han sido prácticas que, durante siglos, se han adaptado al entorno. Las barrancas, cerros y manantiales sirven de refugio para especies que aún se mantienen vivas pese a la presión de la urbanización y la ganadería.

El río Huacapa y la Hacienda de San Cayetano

Históricamente, el río Huacapa jugó un papel fundamental para Tepechicotlán. En tiempos de la Hacienda de San Cayetano, sus aguas se utilizaron para el riego de cultivos y la crianza de ganado, siendo un motor económico y agrícola de la región. Además, representaba una fuente vital de agua para la población y un elemento que definió la ubicación de caminos y parcelas.

Aunque actualmente el río se ha visto afectado por descargas de drenaje y contaminación, en épocas pasadas era reconocido por su caudal y por el brillo de sus aguas, que daban fertilidad a los campos circundantes. Hoy en día, su recuperación representa un desafío ambiental, pero también una oportunidad para proyectos de saneamiento, restauración ecológica y reactivación turística.

Tradiciones y festividades

La Virgen de Guadalupe

La devoción a la Virgen de Guadalupe es central en Tepechicotlán: su fiesta inicia el 11 de diciembre con fuegos pirotécnicos; el 12 celebran con “Las mañanitas” acompañadas por banda de chile frito, danzas de “Los Pescados” y “Los Doce Pares de Francia”, niñas ataviadas de acatecas, y niños como Juan Diego. Al mediodía, misa solemne y, por la noche, más fuegos artificiales.

La Patrona del pueblo

Imagen venerada de la Virgen de Guadalupe sobre una piedra, en el templo de Tepechicotlán, Guerrero, México.

En la localidad de Tepechicotlán se encuentra una roca con la imagen de la Virgen de Guadalupe estampada en su centro. Según testimonios escritos por los habitantes, Emigdio de la Cruz Vazquez y Nestor de la Cruz Vazquez siendo ellos unos niños de entre 6 o 7 años de edad, sus padres los mandaron a traer leña por el rumbo de La Cañada en Tepechicotlán a margenes del Río Huacapa; fue así como encontraron una piedra que les llamó la atención por su peculiar forma y su estampado en la parte central. De regreso a casa, le mostraron la piedra a sus padres y les causó admiración, así que fue colocada en un altar de carrizo junto a otras imagenes, en donde hoy está construida su Iglesia. Pasado algún tiempo se acercaba el mes de diciembre, se oían repiques de campanas, por lo cual incentivó la curiosidad puesto que no había una ninguna capilla cerca en esa época. A partir de ello se le prestó más atención y fue que empezaron a rendirle respeto y devoción a la piedra. Recientemente expertos han analizado la superficie de la piedra y han identificado que la imagen es a partir de una erosión natural, sin algún rastro de pintura o intervención humana. Actualmente cada 10 de noviembre se lleva a cabo el tradicional anuncio a su fiesta, la cual empieza en diciembre. La piedra quedó marcada por un milagro atribuido a la Virgen de Guadalupe, fortaleciendo la fé local y agregando otro elemento místico a su historia religiosa.

En el contexto nacional, pocas comunidades cuentan con una manifestación considerada milagrosa directamente sobre un elemento pétreo y preservada en su estado original. En Guerrero, no se tiene registro de otro caso similar, lo que hace de esta piedra:

  • Un patrimonio religioso único del estado.
  • Una posible insignia para promover el turismo cultural y religioso en la región.
  • Un elemento de identidad capaz de proyectar a Tepechicotlán al mapa turístico nacional.

La Piedra con la Virgen de Guadalupe no solo representa una manifestación de fe, sino también un puente entre el pasado y el futuro de la comunidad: un legado espiritual que, bien preservado, puede convertirse en motor de desarrollo cultural y económico para Tepechicotlán y sus habitantes.

Campo y vida rural

El campo en Tepechicotlán ha sido históricamente el motor económico de la comunidad. Se cultivan y cultivaban productos como:

Maíz, frijol, caña de azúcar, frutas cítricas, café

El estilo de vida es predominantemente agrícola y familiar, con saberes tradicionales que se han transmitido de generación en generación.

Proyección turística a futuro

Inspirándose en un modelo similar a Taxco para mejorar su infraestructura, la comunidad ha comenzado a visualizar su reconversión hacia un pueblo con vocación turística, promovido por la comisaría local y líderes comunitarios que han buscado recuperar y proyectar su riqueza histórica, natural y cultural en colaboración con el gobierno e instancias correspondientes. Se han propuesto ideas para impulsar:

Senderismo y ecoturismo: Senderos circulares por La Barranca y miradores naturales guiados por organizaciones turísticas.

Ruta cultural-histórica: Señalización y recorridos de zonas patrimoniales, la virgen en la piedra, historias orales, interpretación arquitectónica.

Museo comunitario: Exhibición de objetos locales, fotografías antiguas, historias de la hacienda y testimonios de los habitantes, siguiendo metodologías del INAH en museos comunitarios.

Feria de tradiciones: En diciembre o durante otras festividades, exhibición de cocina tradicional, artesanías y danzas propias de Tepechicotlán.

Agroecoturismo: Visitas al campo, demostración de cultivos tradicionales, interacción directa con agricultores.

Este impulso nace del deseo de recuperar el valor patrimonial de Tepechicotlán, promover la economía local y frenar la migración de jóvenes.

Otro aspecto a destacar es el proyecto fallido de agave azul, una idea que destacaría la región y a Guerrero. Anteriormente se había planteado la creación de una Ruta del Mezcal Tepeco, acompañada de una siembra extensiva de agave azul, con colaboración de empresarios y gobierno. Sin embargo, este proyecto fue rechazado por los habitantes.

Una joya oculta del estado de Guerrero

En conclusión, Tepechicotlán tiene todos los elementos para florecer como un destino auténtico: patrimonio arquitectónico y documental, tradiciones religiosas arraigadas, paisajes naturales y un contexto rural que aún vive a pesar de un abandono por parte del gobierno. Con un enfoque del gobierno y un proyecto cuidadoso, participativo y respetuoso, la ex-hacienda de San Cayetano puede recuperarse como epicentro de identidad y, a la vez, Tepechicotlán en un atractivo cultural y turístico genuino que conecte pasado y futuro en Guerrero.

Demografía

Gráfica de evolución demográfica
Censo Población[7]
1900 264
1910 175
1921 269
1930 328
1940 410
1950 415
1960 499
1970 592
1980 927
1990 985
2000 1 171
2010 1 480
2020 1 469

Referencias

  1. Catálogo de Claves de Entidades Federativas y Municipios.
  2. Catálogo de claves de localidades (formato XLS comprimido).
  3. a b INAH TV (15 de abril de 2021), Tepechicotlán, una Hacienda que fue…, consultado el 7 de agosto de 2025 .
  4. Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Normales climatológicas 1981-2010. Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
  5. INEGI. Climatología básica por entidad federativa. Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
  6. CONABIO. Regiones climáticas de México. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Uso de la Biodiversidad.
  7. «Tepechicotlán, Chilpancingo de los Bravo, Guerrero (120290057)». Instituto Nacional de Estadística y Geografía. 2020. Consultado el mayo de 2025. 


  • Archivo oral de los habitantes de Tepechicotlán, Guerrero.