Octavio García Burriel

Octavio García Burriel
Información personal
Nacimiento 13 de junio de 1871
Zaragoza (España)
Fallecimiento 26 de febrero de 1947
Zaragoza (España)
Nacionalidad Española
Información profesional
Ocupación Médico y cirujano
Cargos ocupados
Empleador Universidad de Zaragoza

Octavio García Burriel (Zaragoza, 13 de junio de 1871–Zaragoza, 26 de febrero de 1947) fue un médico, profesor y político español en la primera mitad del siglo XX. Su figura fue especialmente relevante en la vida cultural y sanitaria de Aragón durante las primeras décadas del siglo XX además de ser el alcalde de Zaragoza durante la expansión de la ciudad hacia el oeste.[1]

Biografía

Nacido en Zaragoza en 1871, estudió Medicina en la Universidad de Zaragoza, donde fue sucesivamente interno médico de guardia, profesor clínico y profesor auxiliar.[2]​ Su hermano Augusto fue igualmente médico de renombre en el periodo. Gran estudiante y con intereses tanto científicos como humanísticos, es conocido por haberse presentado a las oposiciones a médico militar (en las que obtuvo la primera plaza) solo para demostrar que no eran tan difíciles.[3][4][2]​ Se doctoró en 1894 con una tesis titulada Hematurias y hemoglobinurias.

En 1902 fue nombrado catedrático de Patología Quirúrgica en la facultad de medicina de la Universidad de Zaragoza.[1]​ Popular entre los alumnos de la facultad, que le apodaban Petavio,[2]​ fue particularmente reputado como profesor[5]​ y autor de un Compendio de Clínica Quirúrgica y de unos Apuntes sobre Traumatología.[4]​ Como era habitual entre los profesores de medicina del periodo, compaginó la cátedra con una consulta privada, sita en su domicilio en el Paseo de la Independencia.[6]

Fernández Doctor recoge la siguiente descripción de Octavio:

Era muy alto de estatura, de fuerte complexión, ojos pequeños, juntos y grises, con cejas grandes, labios finos y fuerte mandíbula; nariz pequeña y levemente torcida, poseía cuello de luchador, color sano y daba la sensación impresionante de un hombre grande y poderoso. Su hablar rápido y nervioso era muchas veces ininteligible para los que le escuchaban y aumentaban esta difícil vocalización los tabacos puros que fumaba constantemente. Otras veces eran unas pipas de curiosa talla y variedad las que pendían de su boca o portaba en la mano.
[5]

Sucedió a Ramón y Cajal en el animalario de la universidad, donde fue famoso por realizar investigaciones autofinanciadas.[1]​ Fue un pionero en España de las técnicas quirúrgicas vasculares recientemente desarrolladas por Alexis Carrel.[7]​ Con Manuel Iñigo Nougues realizó experimentos de injertos aórticos buscando reparar la continuidad del vaso sanguíneo tras un aneurisma. Los experimentos en animales (perros vagabundos aportados por el Ayuntamiento de Zaragoza) fueron infructuosos por limitaciones con la anestesia, naciente campo en el que sin embargo lograron avances.[a]​ Sus experimentos fueron publicados en la Revista de sanidad militar y la medicina militar española y en el Congreso para el Progreso de las Ciencias en Valencia de 1910.

García Burriel fue también concejal de Zaragoza desde 1908 y ejerció como alcalde entre 1914 y 1915, periodo en el que se ejecutaron proyectos de saneamiento urbano, extendiendo la ciudad hacia el oeste. En particular se recuerda la ejecución de la calle del Conde de Aranda. Ello desencadenó un polémica política con el sector conservador del ayuntamiento que quería aprovechar la obra para eliminar el nombre del ilustrado y sustituirla por el nombre «García Burriel», frente a la oposición de los vecinos que defendían el odónimo «Conde de Aranda».[8]

Durante la guerra civil española fue militarizado y sirvió como cirujano en el hospital de la universidad.[5]​ Pasó sus últimos años en una silla de ruedas antes de fallecer en 1947.[5]​ Tras una reivindicación de su figura en 1961, que incluyó una biografía y conferencias de Rafael Cardona Giral con peticiones de que se le se dedicara una calle,[9]​ García Burriel dio finalmente su nombre a una vía en el barrio de Las Fuentes.

Notas

  1. La anestesia para las operaciones quirúrgicas era un tema de gran interés para cirujanos como García Burriel y médicos militares como Iñigo Nougues. No fue hasta pasada una década de los experimentos de ambos que James Tayloe Gwathmey inició la moderna disciplina de la anestesiología en el mundo anglosajón y que Fidel Pagés lo hiciera en España inventando la anestesia epidural

Referencias

  1. a b c Consuelo Miqueo. «Octavio García Burriel». En Real Academia de la Historia, ed. Diccionario Biográfico Español. Consultado el 24 de agosto de 2025. 
  2. a b c «García Burriel, Octavio». Gran Enciclopedia Aragonesa. Archivado desde el original el 6 de enero de 2010. Consultado el 25 de agosto de 2025. 
  3. Fernández Doctor, 2019, p. 244.
  4. a b Álvarez Sierra, 1961, p. 45.
  5. a b c d Fernández Doctor, 2019, p. 246.
  6. Fernández Doctor, 2019, pp. 158-159.
  7. Moratinos Palomero, P.; Aznar Aznar, A.; Martínez López, T.; Diz Pintado, M.; Gutiérrez Ortega, C.; Tormo Iguacel, J. (1987). «Pequeña historia de una gran ilusión. El Departamento de Medicina y Cirugía Experimental del Hospital Militar Central Gómez Ulla». Medicina militar: revista de sanidad de las Fuerzas Armadas de España 43 (6): 635. 
  8. Ríos Raffo, Fran (5 de enero de 2023). «Portillo, García Burriel y Conde de Aranda, tres nombres para la misma calle». Aragón Digital. Consultado el 25 de agosto de 2025. 
  9. «En recuerdo del doctor García Burriel». Boletín informativo de Clínica y laboratorio (Repositorio institucional (PDF)): 111. 1961. Consultado el 25 de agosto de 2025. 

Bibliografía