Diego Ramírez de Fuenleal
| Diego Ramírez de Fuenleal | ||
|---|---|---|
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| Información personal | ||
| Nacimiento |
7 de diciembre de 1459 Villaescusa de Haro | |
| Fallecimiento |
11 de agosto de 1537 Cuenca | |
| Sepultura | Catedral de Cuenca | |
| Nacionalidad | Española | |
| Religión | Iglesia católica | |
| Educación | ||
| Educado en | Universidad de Salamanca | |
| Información profesional | ||
| Ocupación | Sacerdote | |
| Cargos ocupados |
Obispo de Astorga (1498) Obispo de Málaga (1500) Obispo de Cuenca (1518) | |
| Obras notables | Colegio Mayor de Cuenca | |
| Miembro de | Colegio Mayor de San Bartolomé | |
Diego Ramírez de Villaescusa (Villaescusa de Haro, 7 de diciembre de 1459 - Cuenca, 11 de agosto de 1537), cuyos apellidos también aparecen como Ramírez de Haro, Ramírez de Fuenleal,[1] Ramírez Martínez[2] o Ramírez de Arellano (que son los distintos apelativos de su familia),[a] latinizado como Didacus Ramirez,[6] fue un destacado obispo y humanista español. Ejerció cargos universitarios, eclesiásticos y políticos de gran relevancia, manteniendo contacto con altas personalidades de la realeza, aristocracia e intelectualidad de su época (la de los Reyes Católicos, Juana la Loca -de la que fue capellán- y Carlos V -al que bautizó-) en Castilla, Flandes y Roma (bajo el breve papado de Adriano VI). Fue mecenas de las artes del Renacimiento español y los primitivos flamencos;[7][8] recibiendo elogios[b] que le construyeron una imagen literaria muy positiva.[11]
Biografía
Familia
Sus padres se llamaban, según unas fuentes Pedro Ramírez de Orellana y María Fernanda de Tercero,[1] según otras Pedro Ramírez de Arellano y Haro (comendador de Fermoselle y Usagre) y María Fernández Ramírez de Tercero (natural de Corral de Almaguer),[12] o bien Pedro Martínez de Villaescusa (escribano del rey en Cuenca) y María Fernández Ramírez.[10][c] Su familia, los Ramírez de Arellano (a quienes algunas investigaciones proponen un origen converso),[d] tuvo amplia entrada, por su acceso a la formación universitaria, en los equipos de letrados de distintas instituciones de la monarquía castellana y en el alto clero. A ella pertenecieron los también obispos Sebastián Ramírez de Fuenleal, Diego Ramírez Sedeño de Fuenleal, Antonio Ramírez de Haro[5] y García Ramírez Villaescusa (su hermanastro, hijo del primer matrimonio de su padre, y que posiblemente fue el impulsor inicial de su carrera).[10][e]
Formación
Después de formarse en latín en la localidad de Garci-Muñoz con un profesor llamado Juan González, estudió en la Universidad de Salamanca, donde fue colegial del Colegio Mayor de San Bartolomé. Su precocidad fue tal que algunos autores creen que le concedieron la licenciatura en teología con diez y seis años, aunque lo que parece más seguro es que en 1478 ya debía haber terminado los tres cursos de Artes y estaría preparando la licenciatura y el doctorado, asistiendo a las clases de Antonio de Nebrija. Tras algunas vicisitudes en la obtención de cargos docentes (ganó en octubre de 1479 la sustitución a una cátedra de Filosofía natural que no llegó a ocupar y fue nombrado consiliario, renunciando al puesto en febrero de 1480 para opositar a la cátedra de retórica contra el propio Antonio de Nebrija -que ya era catedrático de Gramática, y solo se presentaba para que alguno de sus discípulos obtuviera plaza- y Fernando Manzanares -también discípulo de Nebrija-), aparece en los documentos del claustro como "bachiller catedrático" en noviembre de 1480. Los ocho años siguientes enseñó teología en San Bartolomé.[1][f]
Acceso a la corte
Empieza a ser considerado en la corte a partir de 1486, cuando su discurso en defensa de las Artes y la Teología le hicieron ganar la protección de fray Hernando de Talavera (confesor de la reina Isabel) y de los propios Reyes Católicos, que le beneficiaron con el arcedianato de Olmedo y la tesorería de la iglesia de Burgos (por iniciativa del obispo de esa diócesis, Luis de Acuña y Osorio, aunque tuvo que permutarla por una canonjía en Salamanca para poder seguir en la Universidad).[7] De Salamanca marchó a Jaén, nombrado canónigo magistral del obispo Luis Osorio de Acuña (no confundir con el de Burgos). En la iglesia de San Pedro[g] cantó su primera misa en 1489, coincidiendo con el cerco de Baza durante la guerra de Granada, periodo en que la corte residía allí. En mayo de 1489 participó en las constituciones sinodales. En esos años, en que el obispo de Jaén estaba muy involucrado en la guerra, Diego entabló amistad con Pedro Mártir de Anglería, con el que mantuvo discrepancias sobre los autores clásicos ("paganos" según el de Villaescusa, que les criticaba) y que le previno contra el orgullo ("toma malvas blandas, Villaescusa, y no te infles porque te veas favorecido de los reyes y muy estimado de la hija de la reina"),[9] aunque no le privó de encomios (llamándole "guardián de los secretos de las estrellas").[16] Tras la conquista de Granada, al ser nombrado Talavera su obispo, este le llamó para ser el primer deán de esa archidiócesis.[1] También se recoge su amistad con el conde de Tendilla (la mayor autoridad civil del reino granadino).[7] Aunque no hay ningún testimonio directo, es posible que tuviera algún contacto con Cristóbal Colón; al menos sí se registra que ambos coincidieron en fechas y lugares (Salamanca en 1486, Jaén en 1489, Granada en 1492), y que se relacionaron con un valioso ejemplar de la Cosmographia de Ptolomeo que perteneció a Fernando el Católico y que Villaescusa terminó adquiriendo (algunas fuentes afirman que "de forma ilícita"). Su interés por los libros valiosos le llevó, más adelante, a adquirir algunos de los de Fernando y al menos diez de los que se vendieron en la almoneda tras la muerte de la reina Isabel (que se hizo en 1505 en Toro), además de obsequiar al embajador Garcilaso de la Vega con el llamado Libro de horas de Leonor de la Vega (en 1498).[7]
Capellán de Juana y obispo de Astorga y Málaga
En 1496 fue nombrado capellán mayor de la princesa Juana (la futura reina), cargo que suponía una estrecha relación como consejero, no solo espiritual.[h] Junto al gran séquito que encabezaba el obispo de Jaén la acompañó a Flandes.[i] Tras más de un mes allí, el 18 de octubre de 1496 Diego tuvo que celebrar precipitadamente el matrimonio de Juana con Felipe el Hermoso (por la prisa incontenible que manifestaron los novios nada más conocerse en Lier); la ceremonia oficial tuvo lugar dos días más tarde, celebrada por Henry de Berghes, obispo de Cambrai (el de Jaén había muerto poco antes).[18] Diego Ramírez de Villaescusa fue uno de los pocos españoles que permaneció en el séquito de Juana tras su reorganización. Para aumentar su rango eclesiástico, fue nombrado deán de la catedral de Sevilla. Por cartas posteriores se sabe que se relacionaba con los "felipistas" (la facción partidaria del Hermoso: Guillermo de Croy, Diego de Guevara y François de Melun -del que llegó a decir "que es mucho mi señor y amigo"-).[8] En la Universidad de Lovaina obtuvo el grado de maestro en teología (posiblemente es la ocasión en que entabló amistad con Adriano de Utrecht),[8] y en la la de Colonia el doctorado en Derecho Civil y Canónico. Volvió a Flandes en 1498 para el bautizo de la infanta Leonor (primera hija de Juana y Felipe, nacida el 15 de noviembre). Ese mismo año publicó en Amberes Dialogi (dedicados a la muerte de Juan, el primogénito de los Reyes Católicos) y se le concedió el obispado de Astorga,[1] que ejerció entre el 14 de febrero de 1498 y el 7 de febrero de 1500, cuando pasó a ser obispo de Málaga; sedes de las que tomó posesión por poderes (se le califica de "obispo ausente de su diócesis").[9] Las abultadas rentas de los beneficios eclesiásticos de los que iba disponiendo le permitieron financiar el importante programa constructivo y artístico que se estaba realizando en su localidad natal, Villaescusa de Haro.
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El 24 de febrero de 1500 asistió al accidentado nacimiento del futuro Carlos I de España y V de Alemania (en una ocasión recordó a Carlos que fue el primero que le sostuvo en brazos), al que bautizó el 7 de marzo en una fastuosa ceremonia en la iglesia de San Juan (futura catedral de San Bavón) a la que asistieron "catorce perlados, arzobispos y obispos, vestidos de pontifical... y por principal el obispo de Tornay, en cuya diócesis está Gante, con otros tres obispos como ministros a su lado. El uno de estos obispos era don Diego Ramírez de Villaescusa".[21] También bautizó un año más tarde a Isabel (la tercera de los hijos de Juana, nacida el 18 de julio de 1501). Volvió a España en 1502, acompañando a Juana y Felipe, esta vez por tierra, desde Bruselas.[8] En la Pascua (abril de 1502), durante la estancia de los príncipes en Madrid, bautizó a varios musulmanes granadinos que estos apadrinaron.[10] El 24 de mayo de ese mismo año, en Toledo, entregó a Isabel la Católica (con la que parece ser que había tenido algún enfrentamiento que en ese momento quedó desagraviado) un tapiz de Bruselas con el tema de la Crucifixión y que se incorporó a las colecciones reales, pero cuyo destino no se conoce actualmente.[8]
Tras el nacimiento (en Alcalá de Henares, el 10 de marzo de 1503) de Fernando, cuarto hijo de Juana, apoyó la decisión de esta (contra la opinión de su madre) de partir hacia Flandes para reunirse con su marido.[10] A pesar de seguir siendo su capellán, no viajó con la princesa, yendo en cambio por primera vez personalmente a su sede episcopal en Málaga. Al poco tiempo volvió a la corte, por entonces en Medina del Campo, probablemente permaneció allí hasta la muerte de Isabel (26 de noviembre de 1504) y formó parte del cortejo que llevó a su cadáver hasta Granada.[j] Juana y Felipe, ya teóricamente reyes de Castilla, pero con la evidente oposición de Fernando, no emprendieron el viaje de vuelta (10 de enero de 1506) hasta recibir las garantías negociadas en la Concordia de Salamanca (24 de noviembre de 1505).[k] La accidentada expedición naval tuvo que detenerse en Inglaterra hasta abril por el mal tiempo, desembarcando en La Coruña el día 26 de ese mes. La entrevista de Remesal y la Concordia de Villafáfila (27 de junio de 1506) confirmaron la posición del Hermoso, alejando al Católico de Castilla. Se registra la presencia de Diego Ramírez junto a los nuevos reyes desde mayo de 1506; y su intervención en favor de Hernando de Talavera (se ha llegado a identificar un "partido converso-talaveriano" de inspiración intelectual erasmista, protegido por Felipe) en los procesos inquisitoriales impulsados por Diego de Deza (protegido por Fernando) en el contexto de los "procesos de Córdoba" iniciados por el inquisidor Diego Rodríguez de Lucero (1504-1506).[l] En estos turbulentos momentos su implicación fue descrita posteriormente (con motivo de la concesión de un privilegio de hidalguía) en estos términos por la propia reina Juana: "cuando quiso ntro. señor de llevar para sí a la reina mi sra. que sea en gloria yo venia a estos reinos de Castilla con el rey D. Felipe mi señor que santa gloria haya, pusisteis vuestra persona a muchos riesgos y peligros por servirme. Y por esta causa fuisteis desterrados perpetuamente de la corte, y recibisteis en vuestra persona y bienes muchos daños y menoscabos, de lo cual yo fui muy servida".[15]

La historiografía suele recoger que en una fecha no determinada de esos años, el ya obispo Diego Ramírez de Villaescusa intentó fundar una universidad en su lugar natal; pero habría sido convencido de no hacerlo por el cardenal Cisneros, que estaba patrocinando la Universidad de Alcalá. Tanto si el edificio que se construyó en Villaescusa de Haro tenía prevista esa función, como si no,[m] su propósito mudó de lugar; y quizá en el año de 1500 (si así fuera, lo hizo desde Flandes, aunque en otras fuentes se indica que fue "hacia 1510")[23] fundó en Salamanca el Colegio Mayor de Santiago el Zebedeo, llamado "de Cuenca".[24] Esa denominación se debe a su condición de obispo de Cuenca, que no tuvo hasta el 12 de abril de 1518, cuando intercambió con Rafael Sansoni Riario (obispo que fue de muchas sedes sin residir en ninguna) esa sede por la de Málaga, de la que Diego era titular desde el 7 de febrero del año 1500, cuando dejó de serlo de Astorga. También se debe a distinguirlo del Colegio de Fonseca, que tenía al mismo santo como advocación. Aunque el Colegio patrocinado por Diego Ramírez no recibió aprobación papal hasta el 25 de abril de 1523 (bajo Adriano VI, su amigo y protector), venía funcionando en distintos edificios de la ciudad hasta que en 1514 inició la compra de un conjunto de casas (que con el tiempo -la mayor parte entre 1524 y finales de siglo, siguiendo las compras hasta 1774- llegaron a ser treinta y seis, donde estuvo la judería y una sinagoga, entre la iglesia de San Juan del Alcázar y la de San Bartolomé) para hacer una obra de nueva planta (inspirada en la del Colegio de Anaya) que se encargó a Juan de Álava y que se continuó a costa de los colegiales tras la muerte del fundador.[25]
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La muerte de Felipe el Hermoso (25 de septiembre de 1506) volvió a acercar a Diego Ramírez de Villaescusa al favor de la reina Juana, desde una posición que se ha calificado de "neutralidad" entre las facciones (unos partidarios del rey Católico y otros que se situaban ante la próxima sucesión de Carlos -que tenía solo seis años y estaba en Flandes bajo el control de su abuelo Maximiliano de Habsburgo-), aunque fuera acusado de ambición personal (pretender otra sede episcopal, en esta ocasión la de Plasencia, que no consiguió). Diego, como capellán, acompañó a la reina viuda en "el interminable viaje" que, sin separarse del féretro de su esposo, pretendía realizar de Burgos a Granada, pasando alguna noche en despoblado. En una de las prolongadas paradas tuvo ocasión de bautizar a la infanta Catalina (hija póstuma, nacida en Torquemada el 14 de enero de 1507).[n] El rey Fernando pretendía que su hija volviera a Burgos, pero al darse cuenta esta del retroceso de la marcha, se negó a moverse de Arcos de la Llana (a finales de 1507) hasta que su padre mandó recluirla en Tordesillas (a donde llegó en marzo de 1509).[28] En carta fechada el 9 de octubre de 1508 el capellán informaba al rey Fernando del incumplimiento de los deberes religiosos de Juana: "Muchos días se queda sin misa, porque al tiempo que la ha de oýr ocúpase de almorzar". La misma o peor eficacia tenían las admoniciones del confesor (el dominico Tomás de Matienzo, que lo fue entre 1506-1508). La capellanía de Juana fue oficialmente ejercida por Diego Ramírez de Villaescusa hasta 1514;[29] aunque posteriormente varias veces fue a visitarla a su encierro en Tordesillas.[30]

Entre tanto "a pesar de las grandes ausencias",[30][o] en Málaga consiguió desarrollar una labor muy apreciada (se le recuerda allí como "el Bueno" o "el obispo de buena memoria"): además de fundar distintas instituciones (Colegiata de Antequera en 1505 -consigue su jurisdicción frente al arzobispado de Sevilla-[26], Hospital Santo Thomé en 1515, convento de Nuestra Señora de la Paz)[p] e impulsar reformas arquitectónicas (en el Palacio Episcopal y en la fachada de la iglesia del Sagrario), desempeñó importantes funciones militares (financió la construcción de la atalaya defensiva de Torre del Río -en la desembocadura del Guadalmedina-[q] en 1502, otra en Almayate en 1505 -para lo que tuvo que desviar los recursos previstos para edificar una iglesia de nueva planta en el lugar, y en vez de ello convirtió en iglesia la mezquita-,[7] apoyó la expedición naval a Orán dirigida por Cisneros en 1509),[30] edilicias (colaboró con el ayuntamiento en la traída de aguas, abriendo una fuente en 1502),[7] cumplió comisiones regias ("visita" de inspección de la Universidad de Salamanca en 1512),[r] fue nombrado presidente de la Chancillería de Valladolid (1514)[1] e, incluso después de tal nombramiento, llegó a realizar una visita pastoral y celebrar un sínodo en su diócesis (11 de mayo de 1515).[34] Según otra fuente, la ocupación de su cargo judicial pudo ser posterior, pues no sería hasta 1515 que sucedió a Martín Fernández de Angulo en la presidencia de la Chancillería.[35]
Muerto el rey Fernando, durante la segunda regencia de Cisneros (del 23 de enero de 1516 al 8 de noviembre de 1517), su posición seguía siendo tan destacada que llegó a intervenir en la correspondencia previa a la llegada del joven rey Carlos a España, en la que incluso le expresaba su petición de pasar de la sede malagueña a la conquense.[30]
Obispo de Cuenca
Protegido por su amistad con el regente Adriano de Utrecht,[7] durante la Guerra de las Comunidades de Castilla mantuvo una postura conciliadora. En noviembre de 1520, durante las negociaciones que tuvieron lugar en Villabrágima, propuso aceptar una buena parte de las propuestas que los comuneros habían redactado en distintos textos, pero no se llegó a un acuerdo. Después, en Medina de Rioseco, intentó que los nobles del bando imperial «depusieran las armas, pues tal actitud no aprovecha al rey ni al reino». Les reprochaba sus ambiciones personales, culpándoles de la situación, siendo respondido por el Almirante de Castilla, que le llegó a acusar de simpatizar con los propósitos de la Junta comunera y le amenazó con deponerle de su cargo en la Chancillería; cosa que realmente ocurrió después de terminada la guerra,[36] cuando dejó de tener una posición destacada. Antes de la batalla de Villalar (23 de abril de 1521) la situación de la institución que presidía era precaria; llegando a ordenar el Emperador (como castigo por la conducta de la ciudad de Valladolid, según el testimonio de Pedro Mártir de Anglería) que saliera camino de Arévalo, lo que impidieron los vecinos, que obligaron al tribunal a volver a ocupar sus casas (el Palacio de los Vivero).[s]
Mantuvo la confianza de Adriano, que le llevó con él tras el cónclave donde había sido elegido papa in absentia (9 de enero de 1522). La noticia llegó a Vitoria (donde el regente estaba organizando la defensa contra la invasión francesa) el 22 del mismo mes y el 12 de marzo comenzó el viaje a Roma,[t] aunque Diego Ramírez, que estaría por entonces en Cuenca, posiblemente se incorporó a su cortejo en Zaragoza en algún momento entre la Semana Santa y el 11 de junio. Llegaron al puerto romano de Ostia el 28 de agosto.[u][v] Tras poco más de un año, la temprana muerte del papa (14 de septiembre de 1523) le hizo volver a España ya sin apoyos políticos;[7][9] y sin los cargos que probablemente llegaron a estar previstos (cardenal y embajador papal en París y Londres).[2]

Desde entonces hasta su muerte (casi catorce años después, en 1537) residió en su sede de Cuenca,[w] o en otros lugares de la diócesis. Se registra su presencia inicialmente en Pareja en enero de 1524, y la convocatoria de un sínodo en Huete en marzo de 1525. Los regidores de la ciudad de Cuenca le solicitaron que acudiera urgentemente a remediar la presencia de "clérigos revoltosos"; y en los años siguientes tuvo que gestionar otros conflictos similares. También celebró sínodos en la propia ciudad de Cuenca y en Pareja. En 1531 publicó el primer libro impreso en Cuenca: unas Constituciones que estuvieron en vigor cerca de cuarenta años.[10] Se recoge que, para las obras que emprendió en esta época, uno de sus "arquitectos preferidos" fue Pedro de Alviz (reedificación del palacio episcopal -1535- e inicio de un "palacio" inacabado en Villaescusa de Haro).[40] Impulsó la construcción de la sala capitular de la catedral,[8] y fue enterrado en la capilla mayor.[24] En la capilla de la Asunción, de estilo gótico isabelino,[x] que fundó para su familia en Villaescusa de Haro, adosada a la iglesia de San Pedro Apóstol, dejó mandado que perpetuamente se celebraran los sábados dos misas, una para quien en ese momento fuera "rey de España" y otra para la reina doña Juana.[43]
En Salamanca, una calle recibe en su honor el nombre de "Obispo Ramírez de Villaescusa".[44]
Obras
- Citadas como obras de su época universitaria, no conservadas:[10]
- De potentiis animae.[y]
- Ad Aristotelis Oeconomiam commentarios (comentario de Económica, que por entonces se creía obra de Aristóteles).[45]
- Super Symbolum Athanasii (sobre el credo de San Atanasio -Símbolo Quicumque-).
- Dialogi quattuor super auspicato Johannis Hispaniarum principis mortuali die, Amberes, 12 de julio de 1498.[46][47][48]
- De Religione Christiana contra transeuntes vel redeuntes ad Iudaeorum ritus (manuscrito, datado entre 1502-1504 y fruto de un debate sobre los judeoconversos mantenido con Hernando de Talavera).[49]
- Alphonsi Tostati Hispani, episcopus abulensis...,[50] Venecia, 1527 (edición de las obras de Alfonso Fernández de Madrigal "el Tostado", aunque la intervención de Diego Ramírez en ella no es recogida en algunas fuentes).[z]
- Constituciones synodales del Obispado de Cuenca. Hechas por el reuerendissimo señor Don Diego Ramirez de Villescusa Obispo de Cuenca capellan mayor de la Reyna doña Juana nuestra señora, Cuenca, 1531.[52]
La devotio moderna y el arte flamenco




Predecesores y sucesores en los obispados
| Predecesor: Juan de Castilla |
Obispo de Astorga 1498 – 1500 |
Sucesor: Francisco des Prats |
| Predecesor: Pedro Díaz de Toledo y Ovalle |
Obispo de Málaga 1500 – 1518 |
Sucesor: Rafael Sansoni Riario |
| Predecesor: Rafael Sansoni Riario |
Obispo de Cuenca 1518 – 1537 |
Sucesor: Alejandro Cesarini |
Notas
- ↑ "... los Ramírez, prole del Hidalgo Benito, de la casa de los reyes de Navarra, primero Ramírez de Haro, y luego de Fuenleal, de Arellano, de Sedeño... o de Villaescusa".[3] "En el siglo XIV habían llegado a Villaescusa los Ramírez de Arellano. Procedían de Navarra, de la línea de los señores de Navarra. Según la leyenda llegaron huyendo del rey de Navarra por un asunto de asesinato. Don Pedro Ramírez se casó en el lugar con Isabel Palomares de Haro y es el origen de todos los Ramírez de Villaescusa. De ellos proviene que la villa sea conocida coma la “villa de los obispos”, ya que nacieron en ella entre doce y quince mitrados, todos de la familia de los Ramírez, a lo largo de los siglos XV y XVII. Entre todos estos obispos los que más destacaron en asuntos religiosos, en política o en literatura fueron: D. Diego Ramírez de Villaescusa, D. Sebastián Ramírez de Fuenleal, D. Antonio Ramírez de Haro, D. García Guillén Ramírez y D. Diego Ramírez Sedeño de Fuenlabrada [sic, Fuenleal].[4][5] También estaría emparentado con Pedro Cortés Ramírez de Arellano, IV marqués del Valle de Oaxaca.
- ↑ Lucio Marineo Sículo; Nicolás Antonio, Bibliotheca Hispana Nova; Enrique Flórez, Episcopologio de Astorga, tomo XVI de España Sagrada; Antonio Ponz, Viage de España (parte dedicada a Cuenca).[9]
"El acendrado clasicismo en la expresión debió singularizar en consecuencia su quehacer docente, si hacemos caso al testimonio de Lucio Marineo Sículo quien, al referir la pobre impresión recibida en 1484 de los profesores y estudiantes salmantinos, poco entusiastas del humanismo en aquel tiempo, sólo destaca de entre ellos por su elegante latín al entonces joven catedrático con subido elogio: “Nemo tunc erat in gymnasio tam celebri in tantaque literatorum et studentium multitudine, qui prae dulcem linguae Latinae degustationem suavemque fructum delibasset, aut gramatice saltem congrueque loqueretur, nisi dumtaxat unus, Iacobus Ramirus Villascusanus.”"[10]
- ↑ "La familia, ligada de manera reiterada al clero y la burocracia laica, debido a la instrucción universitaria adquirida por varios de sus miembros, habría iniciado merced a ello su ascenso social al menos desde la generación precedente. Fue nuestro personaje hijo de Pedro Martínez de Villaescusa y de la segunda esposa de éste, María Fernández Ramírez, natural del Corral de Almaguer. El padre, escribano del rey en Cuenca, falleció a 9 de mayo de 1470, según reza su lápida sepulcral conservada en la capilla familiar del pueblo. Tío de nuestro personaje era el bachiller en Decretos Gil Ramírez de Villaescusa, canónigo de Cuenca, Arcediano de Cuenca y provisor de este obispado, parece haber sido obispo electo de Calahorra, de cuya sede no llegó a tomar posesión por haber muerto en Bolonia, cuando se dirigía a ella desde Roma, donde había recibido del Papa el nombramiento."[10] De este, se recoge que a mediados del siglo XV, en todo caso antes de 1469, consta como su dueño [de las Casas Colgadas ] el licenciado en decretos Gil Ramírez de Villaescusa, arcediano y canónigo de la catedral de Cuenca."[13] No debe confundirse con Gil Ramírez de Arellano (1555-1618), cuyo abuelo paterno también se llamaba Diego Ramírez y era natural de Villaescusa de Haro, y cuyo tío abuelo materno se llamaba Garci Remírez de Villaescusa y fue prior perpetuo de San Marcos de León y primer presidente del Consejo de Órdenes.[14]
- ↑ "... según los investigadores conquenses Hilario Priego y José Antonio Silva". Citados en Amador Palacios, Sobre Diego Ramírez de Villaescusa y Luz González, El Diario, 26 de noviembre de 2023. También glosa dos novelas de la autora citada en el título (La Casa de las Conversas y el secreto de la puerta azul y Querido hermano), de ficción histórica, en que aparece como personaje Diego Ramírez; así como una de Lorenzo Silva (Castellano). En el mismo artículo: "En su colegio universitario siempre había becas para los de Villaescusa. ... A Cuenca le hizo mucho bien, llegando a llevar las aguas desde la Cueva del Fraile y, se dice, la imprenta a la ciudad."
- ↑ En 1510 (con motivo de la concesión de un privilegio de hidalguía) su familia más directa era citada como "a los descendientes de Pedro Mtnez. de Villaescusa y Lorencio Ramírez vuestros hermanos ya difuntos, y al Dr. Antonio Ramírez vuestro hermano que es vivo".[15]
- ↑ "Que era un gran sabio en Teología y Sagrada Escritura no hay duda, como lo muestra también la relación con Antonio de Nebrija, de quien tenemos al menos dos dedicatorias de sus obras. La primera tuvo lugar cuando Nebrija, al acabar la Apología, una obra en la que reivindica como tarea del gramático el ocuparse de las Sagradas Escrituras, frente a la oposición del Inquisidor Diego de Deza, decide, antes de darla a la imprenta, enviar una copia a Cisneros y otra a Villaescusa, antiguo alumno y compañero del Estudio salmantino, para que la corrigieran o dieran su asentimiento. La dedicatoria a don Diego Ramírez de Villaescusa se encuentra manuscrita —posiblemente autógrafa— en el ejemplar de la Biblioteca Británica, que dice: «Al Padre reverendísimo en Cristo y muy noble señor don Diego, obispo de Málaga. […] Te envío la Apología con la que respondí a algunos enemigos de la lengua latina que decían que no está permitido que un hombre solo entendido en gramática se ocupe de la Sagrada Escritura. […] Se la envié primeramente a mi querido Cardenal, extraordinario censor en estos temas. De nuevo la envío ahora a tu Excelencia, como letrado o procurador de mi causa, o testigo de mi diligencia. […] te pido [...] que me corrijas en privado mi necedad.» ... La segunda dedicatoria tuvo lugar en 1512. En ella Nebrija dedicó a Villaescusa la edición del poeta Prudencio con comentarios."[7]
- ↑ En la actual diócesis de Jaén se registran varias parroquias con esa o similar denominación (web oficial). Entre las que pudieran existir en esa época está al menos la iglesia de San Pedro (Sabiote). En cambio, no parece que pudiera tratarse de la iglesia de San Pedro (Úbeda) ("... el mismo Restori nos dice que una iglesia de Úbeda, la de San Pedro, dependía directamente del Arzobispo de Toledo" -citado en J. L. P. López, La vida de San Ildefonso del exbeneficiado de Úbeda..., Revistas Científicas Complutenses, 2002). Puede ser significativo que la iglesia de Villaescusa de Haro vinculada a la familia de Diego Ramírez esté dedicada a San Pedro Apóstol (ver Guillermo de León, La capilla..., op. cit.)
- ↑ "El cargo le obligaba a configurar y componer la biblioteca de la Capilla, adquiriendo y encargando los libros de capilla, supervisando además el trabajo de todo el proceso de producción desde su posición preeminente como teólogo. Se ha considerado también la relevancia que el propio capellán pudiera haber tenido en la formación del gusto literario y el desarrollo de la fe católica de la archiduquesa durante sus años de juventud".[7]
- ↑ "Primero fue la gran demora acumulada hasta que la armada se hizo a la mar el 22 de agosto de 1496. Luego, las tempestades y vientos que obligaron a refugiarse unos días en el puerto inglés de Portland, y la pérdida de una de las naos. A continuación, hubo que hacer frente a los bajíos de la costa flamenca y la infanta pasó de la carraca donde viajaba a una nao vizcaína, tal vez la de Arbolancha, para estar más segura. Hizo bien porque el embarrancamiento de la otra carraca, la del maestre Gregorio de Buzol, provocó su hundimiento con gran parte del ajuar, bienes y joyas de la "recámara” de Juana, junto con "muchas otras joyas de personas particulares". Después, recién llegada al puerto de Middelburg, el 8 de septiembre, la armada padeció los efectos de otra gran tempestad, aunque sin pérdidas."[17]
- ↑ "Así, se separaron los caminos de doña Juana y Villaescusa tras ocho años de continuo servicio de apoyo espiritual y personal, quedando el obispo en la memoria de la futura reina, quien no tardaría en volver a requerirle a su lado." "... no consiguió llegar a tierras malacitanas antes de la primavera de 1503" ... "Se desconoce la fecha exacta de partida tras la corte, por aquel entonces en Medina del Campo, pero hay quien apunta que fue hacia enero de 1504, ausencia [de su sede] que se prolongaría hasta los primeros meses de 1505. ... La gravedad de la enfermedad de la reina Isabel hizo quizás que prolongase su estancia en Medina del Campo durante un tiempo para estar junto a la reina en sus últimos días... Finalmente, la reina moría el 26 de noviembre entre los lamentos de quienes habían gozado de su confianza y protección, en especial Don Diego Ramírez... el obispo Villaescusa se unió al cortejo que acompañó al cadáver de la reina en su traslado a Granada, lo que le situaría a finales del mismo año 1504 en la ciudad del Darro" ... La tesis citada es explícita en la dificultad de la reconstrucción: "... contamos con otro documento que sitúa a nuestro personaje en Granada a finales de 1504, concretamente el 23 de diciembre... Por otro lado, se ha documentado a Diego Ramírez de Villaescusa en la almoneda de la reina Isabel, la cual se llevó a cabo en la ciudad de Toro durante la primera mitad del año 1505... Resulta evidente que en ambos sitios no pudo estar presente nuestro personaje. Teniendo en cuenta que a partir de 1505 toda la documentación relativa a sus actividades se circunscribe a la gestión diocesana, debemos plantear que sí viajó junto al cuerpo de la reina difunta y tras las exequias se instaló de nuevo en Málaga. Esto le obligaría a ausentarse, evidentemente, de las Cortes de Toro, delegando entonces en algún emisario para que adquiriera en su nombre los objetos que le resultaran más interesantes de la almoneda."[7]
- ↑ Entretanto, en Bruselas, el 15 de septiembre de 1505, nació el quinto de los hijos de Juana y Felipe, María (futura reina de Hungría). El parto fue muy difícil, poniendo en riesgo la vida de Juana, que tardó un mes en recuperarse. El 20 de septiembre se celebró el bautizo, oficiado por Nicolas Le Ruistre, obispo de Arras. El nombre elegido fue el de la abuela paterna (María de Borgoña) y el padrino fue el emperador Maximiliano.[22]
- ↑ El contexto intelectual, según Francisco Márquez Villanueva (Investigaciones sobre Juan Álvarez Gato. Contribución al conocimiento de la literatura castellana del siglo XV, 1960, y «Estudio preliminar», en Hernando de Talavera, Católica Impugnación de fray Hernando de Talavera, 1961), es el de "un ideario religioso anti-inquisitorial de matriz conversa que se fundaba en el cristianismo paulino y conectaba con la espiritualidad erasmista". El contexto político, según Tarsicio de Azcona («La Inquisición española procesada por la Congregación general de 1508», 1980) es «una crisis de gobierno, con cese del inquisidor general Diego de Deza y nombramiento de Jiménez de Cisneros para superar el difícil cuadro, no sólo a nivel de institución, sino a nivel de Estado». Citados y glosados en Álvaro Fernández de Córdova (Los procesos de Córdoba y la pugna inquisitorial entre Felipe el Hermoso y Fernando el Católico: las negociaciones romanas (1505-1506), Sefarad, vol. 81:1, enero-junio 2021, págs. 107-140 iss n: 0037-0894) para quien "las fallas socio-religiosas que aún dividían a la sociedad desestabilizaron la institución inquisitorial, baluarte del poder religioso de la nueva monarquía, haciendo causa común entre los partidarios de un poder fuerte bajo el rey Católico y los defensores de un poder compartido entre la nobleza local −bien relacionada con los conversos− y el joven Habsburgo. ... Las partes enfrentadas buscaron el apoyo de las dos fuerzas políticas que se disputaban la gobernación de Castilla: los conversos se agruparon en torno a Felipe de Castilla −marido de la reina Juana, a punto de desplazarse a la península ibérica desde Flandes−, mientras Fernando el Católico se erigía en defensor de las estructuras inquisitoriales como gobernador nombrado por su difunta esposa. Resentido por las crecientes deslealtades aristocráticas, Fernando prestó su apoyo a su confesor e inquisidor general Diego de Deza, que sostenía a su vez la actividad de Lucero... Llegó a difundirse que Felipe quería favorecer la ley de Moisés contra la cristiana, como este reprochó a su suegro, y Fernando admitió haber oído sin llegar a creerlo... Entre los procesados no sólo se hallaban antifernandinos, sino familiares de antiguos secretarios, tesoreros y consejeros regios, como el arzobispo de Granada, fray Hernando de Talavera, acusado de formar parte de una compleja trama de criptojudaísmo que implicaba a familiares y colaboradores de orígenes conversos. Talavera era además uno de los principales representantes de la corriente revisionista de la política inquisitorial, el «partido converso-talaveriano» en el que militaron el consejero Fernán Álvarez de Toledo, el cronista Fernando del Pulgar, y prelados cristianos viejos como el arzobispo de Sevilla, Pedro González de Mendoza. En líneas generales coincidían en que la problemática que planteaba la represión herética y la caridad evangélica debía resolverse con una disminución del rigor penal y la erradicación de cualquier discriminación del colectivo converso. Aunque el grupo se vio afectado por el relevo de gobierno efectuado tras la desaparición del príncipe don Juan, algunos conservaron su influencia en la corte, como el arzobispo de Toledo Jiménez de Cisneros o el obispo de Burgos Pascual de Ampudia, y no faltó quien se reacomodó en el entorno de Felipe y Juana, como el obispo de Mondoñedo Diego de Muros o el capellán de la reina y obispo de Málaga, Diego Ramírez de Villaescusa, que en su tratado De Christiana (1500- 1504) sugería reconducir la deriva juridicista del Tribunal a objetivos más pastorales, bajo la tutela del obispo. Este antiguo discípulo de Talavera parecía prever lo que su maestro comunicó a Fernando en su carta del 23 de febrero de 1506, donde le informa de las violencias que se estaban cometiendo en los procesos andaluces y las patologías del sistema inquisitorial, viciado por la hostilidad anticonversa que cegaba a algunos jueces. El arzobispo de Granada también hizo llegar a la Santa Sede sus quejas con una autoexculpación, mientras el cabildo granadino elaboraba una memoria para el papa en defensa del arzobispo. Como es sabido, el proceso a un obispo constituía una de las causae maiores que debían resolverse en Roma, donde aún estaban frescos los procesos de Juan Arias Dávila y Pedro de Aranda. El objetivo era sustraer la causa a los inquisidores, solicitando al papa que la asumiera o apelara al juicio de Cisneros –colaborador de Talavera en la sede granadina y opositor de Deza en la gestión inquisitorial–, Pascual de Ampudia –entonces en Roma‒ y Diego Ramírez de Villaescusa, capellán de la reina Juana que residió junto a los jóvenes reyes entre mayo y julio de 1506. Para apoyar la gestión, los miembros del cabildo sugerían acudir al cardenal Bernardino López de Carvajal –amigo de Talavera y participante en el antiguo proceso de Aranda–, Tommaso de Vio –vicario general de los dominicos‒ y el propio Francisco de Rojas, que debió escribir al rey en su defensa. ... Entre los testimonios más relevantes que removieron la opinión romana se hallaba el de Cisneros, que escribió a Julio II en favor de Talavera tras estudiar la documentación aportada por Deza. El obispo de Burgos, fray Pascual de Ampudia, también hizo averiguaciones por encargo del papa, desmintiendo aquellas rudas e inverosímiles acusaciones; y tampoco faltaron cortesanos fernandinos como Anglería que denunciaron el «crimen inventado contra nuestro arzobispo, varón santísimo», salpicando «a toda su casa, con testigos presentados a fuerza de mañas y de suplicios»; sin olvidar a algunos prelados próximos a la reina Juana, como su capellán Diego Ramírez de Villaescusa o Alonso Suárez de la Fuente del Sauce ‒obispo de Jaén y protector de conversos‒ que fue nombrado por Felipe presidente del Consejo de Castilla. Se creó así una corriente defensora del arzobispo de Granada que desacreditó a los testigos, sin censurar al rey o al Tribunal."
- ↑ "Aunque más parece conseja lugareña que otra cosa, se le ha atribuido la intención primera de fundar en Villaescusa de Haro, su villa natal, una universidad y Colegio Mayor para que acudiesen a estudiar en él los naturales de Castilla la Nueva y Andalucía, designio al que habría renunciado tan pronto supo de los de Cisneros en Alcalá. Parece mucho más plausible sin embargo pensar que la magnífica fábrica palaciega allí iniciada, inconclusa al cabo, estuviese destinada a perpetuar la memoria del propio linaje, una vez hubo asegurado a sus sobrinos un mayorazgo en 1508."[10]
- ↑ "... entre los eclesiásticos más afines a la reina se hallaban los miembros de su capilla, regida por Diego Ramírez de Villaescusa, obispo de Málaga. Tras el fallecimiento de Felipe, éste recuperó el favor de Juana como capellán mayor, acompañándola a Torquemada o actuando como padrino de bautismo de la infanta Catalina. Sin embargo, este “guardián de los secretos de las estrellas”, y digno discípulo de fray Hernando de Talavera, según Anglería, no logró sacar a la reina de Torquemada, donde murieron ocho servidores. Indispuesto con Diego de Deza por los avatares inquisitoriales y preocupado por sus relaciones con el Católico, Villaescusa se ofreció como mediador en las disputas con el partido imperial; sin embargo, Ferrer [ Luis Ferrer y Exarch, según su entrada en Historia Hispánica - Real Academia de la Historia, además de "embajador" de Fernando en Castilla llegó a ser "mayordomo mayor de la reina Juana... consejero del Real de Castilla... cerero mayor [con] autoridad total sobre la Reina, sus oficiales y el gobierno de su casa" en Tordesillas] censuraba sus maquinaciones con Nájera [ Pedro Manrique de Lara y Sandoval, primer duque de Nájera] y Villena [ Diego López Pacheco y Portocarrero, segundo marqués de Villena], su ambición por la sede de Plasencia, o su resistencia a incluir el nombre del rey en las plegarias de la capilla por no desairar al partido contrario. ... Junto a los elementos laicos habitualmente considerados, el sector eclesiástico también se vio afectado por el faccionalismo, contribuyendo a legitimar la opción sucesoria de su bando respectivo. En este sentido, el arzobispo Cisneros y otros clérigos afines a Fernando (Diego de Muros, Pascual de Ampudia, Tomás de Matienzo, etc.) apoyaron la continuidad de su gobernación con el régimen de la reina Católica, contrarrestando la neutralidad (Diego Ramírez de Villaescusa) o la hostilidad de otros eclesiásticos vinculados al bando rival (Alonso Manrique, Diego Ramírez de Guzmán, etc.) ... [el] nuncio, Giovanni Ruffo, que gozaba “de gran prestigio ante su Santidad”, y mantuvo relaciones amistosas con el triunvirato formado por Diego de Muros, Diego Ramírez de Villaescusa y Pedro Mártir de Anglería. Con su presencia aportó al inestable gobierno de Juana el respaldo de la Sede Apostólica, informando a Julio II de la delicada situación de la iglesia castellana."[27]
- ↑ "En 1504 comenzó a centrarse en su trabajo como obispo de Málaga... pero en realidad la Diócesis de Málaga la gestionó en ese tiempo desde Toledo y Madrid, mientras siguió vinculado a la princesa y de hecho, no visitó la ciudad hasta finales de 1502 o comienzos de 1503"[26]
- ↑ Otras fuentes atribuyen las fundaciones, que se producen durante su episcopado, a otras personas: "El convento de Nuestra Señora de la Paz de Málaga fue fundado el 10 de junio de 1517, por D. Gutierre Gómez de Fuensalida, consejero de los Reyes Católicos y su esposa Dña. María Pacheco Carroñiz. Esta deja en su testamento recursos para la fundación de un convento de clarisas."[31] "... fue un noble que venía con los Reyes Católicos, D. Diego Garcia de Hinestrosa, quien decidió en 1505 crear un hospital de beneficencia para personas sin recursos..."[32]
- ↑ Una de las 55 torres defensivas en la costa del obispado, la nº 31: "Torre del río de Málaga o torre del Guadalquivirejo, que labró en 1502 el obispo segundo de Málaga, D. Diego Ramírez de Villaescusa, para que diese aviso de los moros ... Fabricó una torre, o baluarte, que servía en esta costa de poder registrar el mar y dar aviso de los corsarios, que entonces se arrimaban e intentaban dar muchos rumbos".[7]
- ↑ "Antes de la llegada del rey Carlos, bajo el reinado de Juana de Castilla, las relaciones Universidad-monarquía se van tensando, ante la pretension de la reina de ser reconocida como señora y patrona natural del Estudio, lo que fue recibido con franca hostilidad por parte del claustro, como se hizo patente en la visita de Ramírez de Villaescusa, Obispo de Málaga, promovida por la reina en 1512"[33]
- ↑ "Ocupó la presidencia de la Chancillería de Valladolid de 1515 a 1521" ... "El Emperador, por la conducta de Valladolid, pretendió quitar de ella la Chancillería. Pedro Martín de Anglería, en su Epistolario, epístola 711, del 8 de febrero de 1521 dirigida al marqués de Mondéjar, lo narra. Cuando salía el tribunal camino de Arévalo, el pueblo les impidió la marcha y volvieron a las casas de la Chancillería."[37]
- ↑ "El recorrido que Adriano VI, ya nombrado Pontífice, realizó desde Vitoria-Gasteiz hasta Roma fue recogido por Blas Ortiz en Itinerarium Adriani sexti ab Hispania, unde su[m]mus acersitus fuit po[n]tifex, Roman usq[ue], ac ipsius po[n]tificatus eventus, editado en 1546 por Juan de Ayala en Toledo."[38] El itinerario fue: Vitoria, Santo Domingo de la Calzada, Nájera, Navarrete (por donde pasó, pero no entró para no entrevistarse con el obispo Antonio de Acuña, que allí estaba preso), Logroño, Calahorra, Alfaro, Tudela (única parada en el reino de Navarra, pasando al reino de Aragón), Mallén, Pedrola, Zaragoza, Pina, Caspe, Fábara, Tortosa (que era su sede episcopal). Allí se embarcó y llegó a Ostia el 28 de agosto, de donde pasó a Roma.[39]
- ↑ "En Zaragoza celebró la Semana Santa, comenzando luego a despachar asuntos y proveer cargos de la Curia al tiempo que recibía a multitud de prelados y nobles que acudían en tropel a la ciudad, donde permaneció hasta el 11 de junio."[39]
- ↑ Posiblemente la incorporación del obispo Ramírez al cortejo de Adriano se produjo en Zaragoza, a donde llegaría desde Cuenca. “Es probable que don Diego pasase en su obispado los últimos meses de 1521 y los primeros de 1522, pero la noticia de la elección papal recaída en el cardenal Adriano, ocurrida el 9 de enero de este año, considerada la benevolencia que éste ya debía haberle manifestado antes y ahora, pudo hacerle concebir nuevas expectativas de cara a su carrera eclesiástica, como en orden a eludir las graves acusaciones políticas de que ante el emperador todavía ausente se le hacía objeto. Procuró, en suma, acercarse al cortejo del nuevo sumo pontífice, y a este fin, al empezar el mes de junio, se trasladó a Zaragoza para ofrecerle sus plácemes personalmente, de modo que, cuando Carlos llegó a Santander, a principios del mes de julio de 1522, Villaescusa acompañaba a Adriano VI en Tarragona. Ciudad desde donde, formando parte del séquito papal, emprendería viaje con destino a Roma el 6 de agosto. Había escrito a los canónigos de Cuenca el día anterior manifestándoles su intención de procurar fuese breve la nueva ausencia de su diócesis. Sin embargo, tanto si aquélla era sincera como si no, Villaescusa en realidad tomaba entonces el camino de un dorado exilio, en cuyo transcurso, y de no mediar contradicciones mayores, confiaba llegar a vestir con harta probabilidad la púrpura cardenalicia, la cual, además de colmar sus ambiciones, le pondría del todo a salvo de cuantas suspicacias se barajaban aún en la corte en contra suya”.[12]
- ↑ Alguna fuente llega a decir que no la había visitado como obispo con anterioridad (a pesar de ser su titular desde 1518, cinco años antes),[9] Otra, que probablemente ya residió en ella de finales de 1521 a comienzos de 1522, antes del viaje a Roma.[12]
- ↑ "No hay fecha para el inicio de las obras en la Capilla de la Asunción, concebida como panteón familiar. En la bóveda presiden armas episcopales de Don Diego, que no fue obispo de Astorga hasta 1498. Una horquilla amplia entre 1490 y 1510, con un apogeo constructivo hacia 1495-1505, parecen fechas bastante ajustadas. El comitente rondaba pues los 30 años cuando acometió la obra y aún distaba de disponer de las fenomenales rentas que tendría unos años después. La fábrica de la Capilla quizás se está dotando desde 1475, por lo que no cabe descartar una participación mayor o menor del entramado clánico de los Ramírez de Villaescusa. No se conoce con seguridad el autor de la obra, de un exquisito gótico flamígero con influencias flamencas. Se ha hablado de Simón de Colonia (1450-1511) el de la Capilla del Condestable de la Catedral de Burgos, que también trabajó en San Juan de los Reyes en Toledo (cuyo cimborrio tanto recuerda a la Capilla de Villaescusa) a las órdenes de Juan Guas y junto a Egas Cueman. Bien pocos años antes, en el vecino Belmonte y bajo el mecenazgo de los Pacheco, han trabajado los propios Juan Guas y Egas Cueman, junto con el hermano de éste último, Hanequín de Bruselas (los tres morirán entre 1494 y 1496). También cualquiera de ellos o de sus numerosos aparejadores no serían malos candidatos para unas trazas tempranas. ... pertenece a la más alta tipología de capillas funerarias castellanas, al estilo de la citada del Condestable de Burgos o la de Álvaro de Luna en Toledo, aunque la de Villaescusa es de planta cuadrada que muda al ochavo en alzado, bajo magnífica crucería estrellada, con tribunas y hornacinas funerarias a las que se añade la triple portada con la rejería, que Fernando Checa ya adjudicó con seguridad a Fray Francisco de Salamanca. ... nuestro retablo es un precioso híbrido donde en todo caso las formas gótico-isabelinas predominan sobre las demás. Hay atribuciones antiguas y recientes a Felipe Bigarny, aunque es más probable que sea obra de su numerosa escuela y red clientelar, que se extendió por toda Castilla. Todos los autores datan el retablo en una horquilla corta entre 1506 y 1509, es decir, terminada o casi terminada la fábrica de cantería de la Capilla. ... El dosel que lo corona es posterior, del siglo XVIII. También dieciochesca es la policromía, pues la entrega original fue de madera de pino en su color."[41] En otra fuente se da por fecha 1507: "probablemente algunos de los mejores artífices de la época, desde Simón Colonia en la arquitectura, Felipe Vigarny en la escultura y Fray Francisco de Salamanca en la rejería".[42]
- ↑ El de las potencias del alma es un concepto que trata San Agustín (La Trinidad, Libro X "En que se muestra la existencia de otra trinidad en el alma del hombre y aparece can más evidencia en la memoria, en el entendimiento y en la voluntad" augustinus.it) y varias cuestiones de la Suma teológica de Santo Tomás de Aquino (Parte Primera, 77 "Las potencias en general" - 78 "Las potencias del alma" - 79 "Las potencias intelectivas", etc. tomasdeaquino.org).
- ↑ A Diego Ramírez atribuye tal edición una fuente, indicando que tuvo ocasión de consultar los manuscritos del Tostado durante su estancia en el Colegio de San Bartolomé de Salamanca.[1] En otra fuente no se indica la intervención del obispo, sino la de uno de sus subordinados (que también fue colegial), precisándose que "en el Colegio... se guardaban en depósito los códices... hasta que salieron hacia Venecia para su impresión el 11 de noviembre de 1525, a cargo de Alfonso Polo, canónigo de la catedral de Cuenca y gran conocedor de la obra de El Tostado por haber estado desde 1512 en el citado Colegio de san Bartolomé."[49] En otra fuente, que incluye un amplio listado de las obras de El Tostado impresas en Venecia (1507-1531), se atribuye la iniciativa a los Reyes Católicos: "... partió de la reina Isabel. Fue don Fernando quien impulsó su realización encargando al doctor Palacios Rubios, Juan López de Vivero, llevarla a feliz término. Se entregan los manuscritos al librero Andrea de Homdeley para que los imprima en Venecia en 1506. No parece cierto, como se ha afirmado, que estuviesen perdidos hasta 1513, puesto que hay obras editadas antes de este año. Hasta el reinado del emperador Carlos no pudo tener cumplimiento aquel deseo. Fue otro Alfonso, el canónigo de Cuenca, Alfonso Polo, quien lo llevó a efecto. ... En Venecia, el impresor Pedro de Liechtenstein ofrecía al público estudioso diez y seis volúmenes en doble folio, pulcramente editados en caracteres góticos, siguiendo el sistema de abreviaturas copiosas que, si bien no empecen la belleza del texto, sí dificultan la lectura a quienes se acercan a él. Fue laboriosa la gestación de la obra completa. Iniciada en 1507, tuvo su término en 1531. Primera edición que fue seguida por otras, que acaso no superen la media docena, y que alcanzan hasta principios del siglo XVIII. En 1728, se editaba de nuevo en veintisiete volúmenes. La edición príncipe constituyó la fuente directa o indirecta de las que la siguieron."[51]
- ↑ "... la llamada devotio moderna, que acababa de nacer en esa época. Fue un movimiento espiritual con el objetivo de superar la sequedad escolástica y descubrir la experiencia interior del encuentro con Dios. En pocas palabras, la devotio moderna proponía la contemplación de las escenas del Evangelio para conocer la humanidad de Cristo y vivir la fe de una manera mucho más personal e íntima. Planteaba una adoración privada, afectiva y contemplativa. Y nada como la imagen para ayudar a este novedoso método de oración. La pintura religiosa comenzó a llenarse de simbolismo, iconografía cristiana y retratos de particulares insertos en las escenas. No se trataba de venerar la imagen de modo idólatra, sino de utilizarla como un camino hacia a Dios a través de la belleza. El mismo fray Hernando de Talavera, confesor de la reina, era el que más animaba a servirse de la pintura para el rezo."[53]
Referencias
- ↑ a b c d e f g Diego Ramírez de Villaescusa en Historia Hispánica - Real Academia de la Historia.
- ↑ a b Antonio Lara Villodres, Emblemas y blasones malagueños - Blasón obispo Diego Ramírez Martínez, La Opinión de Málaga, 16 de octubre de 2023. En Guillermo de León, La capilla..., op. cit.: "Murió como obispo de Cuenca (obispo con borlas de cardenal en su escudo)".
- ↑ Guillermo de León, Un paseo por Villaescusa de Haro, Turalia, 16 de enero de 2016.
- ↑ Villaescusa de Haro (Cuenca), El Turista Tranquilo, 23/04/2022.
- ↑ a b Diego Ramírez Sedeño de Fuenleal, Sebastián Ramírez de Fuenleal y Antonio Ramírez de Haro en Historia Hispánica - Real Academia de la Historia.
- ↑ Constitutiones insignis, ac celeberremi Collegij maioris Diuo Iacobo Zebedaeo sacri, quod Salmanticae Illustrissimus princeps dominus D. Didacus Ramirez de Haro ... Episcopus Conchensis construendum curauit, Salmanticae : excudebat Cornelius Bonardus Brabantus, 1586. (Ficha en Biblioteca Virtual Cervantes).
- ↑ a b c d e f g h i j k l m n ñ Alejandro Sáez Olivares, El obispo Diego Ramírez de Villaescusa y su papel como mecenas de las artes, tesis dirigida por Félix Labrador Arroyo y coordinada por José Eloy Hortal Muñoz, Universidad Rey Juan Carlos, 2020.
- ↑ a b c d e f Alejandro Sáez Olivares, El obispo Diego Ramírez de Villaescusa y su relación con el arte flamenco, Philostrato, junio de 2021. Se citan como piezas relacionadas con él: "el libro de horas de Leonor de la Vega, el tapiz de la Crucifixión y tablas devocionales".
- ↑ a b c d e Las cartas del obispo de Cuenca don Diego Ramírez de Villaescusa. Cita como fuente a Carlos Vizuete, op. cit.
- ↑ a b c d e f g h i Paco Auñón, Diego Ramírez de Villaescusa un clérigo honrado, letrado y honesto en Cuenca, SER, 7 de enero de 2021.
- ↑ José Carlos Vizuete Mendoza, La construcción de la imagen literaria de don Diego Ramírez de Villaescusa, Anuario Jurídico y Económico Escurialense, n. 46, 2013, pg. 525–554.
- ↑ a b c Miguel Jiménez Monteserín, Vere Pater Pauperum, 1999, citado en Julián Recuenco, Diego Ramírez de Villaescusa y sus fundaciones en Villaescusa de Haro, Escurialensia nº 1, 2023.
- ↑ Apunte histórico sobre las Casas Colgadas, Fundación Juan March.
- ↑ Gil Ramírez de Arellano, Historia Hispánica - Real Academia de la Historia.
- ↑ a b Privilegio de hidalguía de la Reina Juana al Obispo Diego Ramírez de Villaescusa, Tordesillas, 30 de enero de 1510.
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- ↑ Miguel Ángel Ladero Quesada, El viaje de la infanta Juana a Flandes en 1499, Jornadas La Península Ibérica entre el Mediterráneo y el Atlántico siglos XIII-XV, Cádiz, 1-4 de abril de 2003, publicadas en 2006, ISBN 8495174723, pág. 835.
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- ↑ Dado que no aparece la edición citada en la fuente, reproducimos el título de la de 1728, que toma la edición príncipe como fuente. Google books.
- ↑ Alfonso Fernandez de Madrigal en Historia Hispánica - Real Academia de la Historia.
- ↑ Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
- ↑ Ana Robledano Soldevilla, La oración de Isabel la Católica a través de la pintura - Un libro -Piedad y belleza de Manuel Reyes Ruiz, capellán mayor de la Capilla Real de Granada- aborda la introspección a la intimidad religiosa de la reina con un recorrido por las preciadas tablas de pintura flamenca que acompañan su tumba, Alfa y Omega, 9 de Mayo de 2021.
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