Elecciones municipales de Perú de 1989

Las elecciones municipales de Perú de 1989 se llevaron a cabo el 12 de noviembre de 1989 en todo el Perú para elegir a los alcaldes provinciales y distritales para el período 1990-1992. Fueron convocadas por el presidente Alan García Pérez.

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Elecciones municipales de Perú de 1989 Autoridades locales para el período 1990-1992
Fecha						12 de noviembre de 1989
Demografía electoral
Población					21 314 933
Hab. registrados						9 134 997
Votantes						6 349 244
Participación
							69.50 %  9.4 %
Votos válidos						4 975 605
Votos en blanco						394 622
Votos nulos						979 017
Resultados
			Frente Democrático
			Ver lista Acción Popular Movimiento Libertad Partido Popular Cristiano
			Votos			1 572 868  83.3 %
			Alcaldías provinciales						61
									31.61 %
			Partido Aprista Peruano
			Votos			982 040  64.5 %
			Alcaldías provinciales						24
									19.74 %
			Izquierda Unida
			Ver lista Unión de Izquierda Revolucionaria Unidad Democrático Popular Partido Comunista Peruano Frente Obrero Campesino Estudiantil y Popular
			Votos			888 422  50.4 %
			Alcaldías provinciales						44
									17.86 %
			Acuerdo Socialista de Izquierda
			Ver lista Partido Socialista Revolucionario Partido Comunista Revolucionario Movimiento Socialista Peruano
			Votos			113 734
			Alcaldías provinciales						0
									2.29 %
			Otros
			Votos			1 418 541
			Alcaldías provinciales						28
									28.51 %

El contexto electoral estuvo fuertemente marcado por el clima de violencia creado por las acciones terroristas de Sendero Luminoso así como una gran polarización política entre los partidos democráticos. La intención senderista era boicotear los comicios generando un elevado número de ausentismo y/o votos en blanco y nulos, que interpretaban como un avance de su acción insurgente.[1] Por otro lado, los partidos aspiraban a una masiva asistencia de la ciudadanía en un proceso electoral que consideraban como la antesala de las elecciones generales de 1990.[2]

Los asesinatos selectivos de Sendero Luminoso contra las autoridades estatales fueron parte de su estrategia de boicot: 1989 fue el año con mayor número de muertes de alcaldes en todo la época del conflicto interno (1980-2000).[1] El caso más sonado fue el atentado mortal contra el alcalde comunista de Huamanga, Fermín Azparrent Taipe (Izquierda Unida), el 19 de septiembre.[3] El temor a ser víctimas del terrorismo hizo disminuir sensiblemente el número de candidatos en los comicios: en doscientos veinte distritos del país no se presentó ninguna candidatura.[1] En suma, los terroristas asesinaron a treinta alcaldes, doce regidores y catorce candidatos.[4]

Por su lado, los partidos políticos sufrieron una reconfiguración para enfrentar las elecciones. El oficialista Partido Aprista Peruano se presentó a los comicios sumido en el desprestigio político del gobierno de Alan García por su fracaso en enfrentar el colapso económico más grave de la historia del país y la lucha contra al terrorismo.[2] Las fuerzas de oposición de derecha se organizaron en torno de la figura de Mario Vargas Llosa y formaron el Frente Democrático, compuesto por los tradicionales Acción Popular y el Partido Popular Cristiano con el recién fundado Movimiento Libertad.[2] Por otro lado, la coalición Izquierda Unida se fracturó en dos y dio origen al Acuerdo Socialista de Izquierda, en torno a la figura de Alfonso Barrantes.[2]

El día de la jornada electoral se caracterizó un elevado grado de ausentismo y un aumento significativo de los votos en blanco y viciado, en especial en las zonas en estado de emergencia tanto por las amenazas de Sendero Luminoso como por la desconfianza en las Fuerzas Armadas, con los asesinatos selectivos y las ejecuciones y las desapariciones extrajudiciales. Paradójicamente, los comicios se realizaron casi sin contratiempos y no existieron conflictos en el conteo de votos.[5]

Los resultados mostraron el mejor resultado de los movimientos independientes hasta ese momento: en Lima ganó Ricardo Belmont Cassinelli, el único independiente electo para ocupar la alcaldía de la capital peruana de la historia.[6] Pese a la derrota en Lima, el Frente Democrático se alzó como el partido político más votado (aunque por mucho menor margen que lo que esperaban) y con mayor número de concejos provinciales. El Partido Aprista Peruano fue la segunda fuerza más votada a pesar de sufrir un estrepitoso colapso, perdiendo casi dos tercios de su caudal electroral y quedando por debajo de Izquierda Unida en término de provincias ganadas.[7]

Esta elección marcó el inicio del colapso del sistema de partidos peruano y el surgimiento de las candidaturas independientes, que hasta el día de hoy son dominantes en todos los comicios subnacionales. La victoria del outsider Belmont es considerada como una premonición de la llegada del outsider Fujimori a la presidencia del país al año siguiente.[8]