Loraldia (El tiempo de las flores)
| Loraldia (El tiempo de las flores) | ||
|---|---|---|
| Ficha técnica | ||
| Dirección | ||
| Dirección artística | Fernando Talló | |
| Producción | Pablo Rovito | |
| Guion | Oskar Aizpeolea con adaptación de Mauricio Skorulski | |
| Música |
Amaia Zubiría Pascal Caigne | |
| Fotografía | Miguel Abal | |
| Montaje | Marcela Sáenz | |
| Escenografía | María Angélica Iglesias | |
| Protagonistas |
Bárbara Mujica Susana Campos Aldo Barbero Isidoro Fernández | |
| Ver todos los créditos (IMDb) | ||
| Datos y cifras | ||
| País |
Argentina España | |
| Año | 1991 | |
| Género | Comedia | |
| Duración | 93 minutos | |
| Clasificación | SR | |
| Idioma(s) | Español | |
| Compañías | ||
| Productora |
Sociedad Estatal Quinto Centenario Pinzen SRL Producciones Cinematográficas Igeldo Zine Produksioak SA | |
| Distribución | Pinzen SRL | |
| Ficha en IMDb | ||
Loraldia (El tiempo de las flores) es una película coproducción de Argentina y España filmada en colores dirigida por Óscar Aizpeolea sobre su propio guion con adaptación de Mauricio Skorulski que se estrenó el 16 de mayo de 1991 y que tuvo como actores principales a Bárbara Mujica (fue su última película), Susana Campos, Aldo Barbero e Isidoro Fernández. Fue filmada en Colonia Barón, provincia de La Pampa,
Sinopsis
Imágenes de sensaciones, encuentros y desencuentros vinculadas a los vascos en Argentina.[1]
Reparto
Intervinieron en el filme los siguientes intérpretes:[1]
- Bárbara Mujica
- Susana Campos
- Aldo Barbero
- Isidoro Fernández
- Garbiñe Losada
- Juan Martín del Valle
- Luis García
- Fabio Aste
- Asier Hernández Landa
- Verónica Ponieman
- Ana Laura Macagno
- Miguel Ángel Macagno
- Fernando Salvador
- Micaela Brunoldi
- Iñigo Bañuelos
- Fernando Alegría
Premio
Por su labor en este, su último filme, la actriz Bárbara Mujica fue galardonada con el Premio Cóndor de Plata a la mejor actriz por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina.[1]
Comentarios
Paraná Sendrós en Ámbito Financiero escribió:
«Argentinos y vascos en un film edulcorado.»[1]
Ricardo García Oliveri en Clarín dijo:
«Es una obra abierta, poética que renuncia en forma deliberada al gancho argumental…y consigue exactamente lo que se había propuesto: convertirse en una evocación sentida, nostálgica.»[1]