Detención de José María Vargas

Detención de José María Vargas
Parte de Revolución de las Reformas

José María Vargas
Localización
Lugar Venezuela
Datos generales
Causa Revolución de las Reformas
Histórico
Fecha de inicio 8 de julio de 1835
Fecha de fin 9 de julio de 1835
Duración 1 día

La detención de José María Vargas, presidente de Venezuela, ocurrió el 8 de julio de 1835, debido a la Revolución de las Reformas, cuando fue detenido en su casa y despojado del cargo brevemente.[1]

Contexto histórico

La Revolución de aquel año, un movimiento donde participaron Santiago Mariño, Diego Ibarra, Pedro Briceño Méndez y José Tadeo Monagas, quería reformar la Constitución de Venezuela de 1830[2]​ y lograr la renuncia del presidente, el primer civil electo en la historia, para restituir el poderío de los militares en la república. Estos habían luchado en la independencia y creían que por este hecho tenían derecho a gobernar y participar también en las decisiones nacionales, lo que fue interrumpido con la llegada de José María Vargas.[1]

Detención

La revolución le negó inicialmente la renuncia a José María Vargas,[3]​ derrocándolo posteriormente.[1]Pedro Carujo, a la cabeza del batallón Anzoátegui, y acompañado del capitán Julián Castro, puso bajo arresto domiciliario al presidente Vargas el 8 de julio de 1835. Allí Carujo y Vargas tuvieron un acalorado diálogo, donde Carujo le increpó:[4][5]

“Señor doctor, usted sabe ya del pronunciamiento. Evítenos los males tremendos que pueden sobrevenir... Los gobiernos son de hecho.”

José María Vargas le respondió:[4]

“Permítame usted, el gobierno de Venezuela no es de hecho; la nación se ha constituido legítimamente y establecido su gobierno, hijo de un grande hecho nacional y de la voluntad de todos, legítimamente expresada”

Tras algunos vaivenes, Pedro Carujo exclamó:[4]

“Éste será más tarde un hecho nacional. El mundo es de los valientes”.

A lo que José María Vargas le respondió:[4]

“No, el mundo es de los justos: es el hombre de bien y no el valiente el que siempre ha vivido y vivirá feliz sobre la tierra y seguro de su conciencia”.

A José María Vargas se le impidió recibir visitas, y luego fue enviado al exilio a Saint Thomas junto a su vicepresidente Andrés Narvarte el 9 de julio.[1]

Consecuencias

José María Vargas había facultado al expresidente José Antonio Páez como comandante del ejército y este sofocó el levantamiento, restituyéndolo como presidente. Después de los hechos se emitió un decreto de penas para los rebeldes, que la sociedad consideró injusto, pidiendo su anulación. A pesar de esto, varios de ellos, incluido Santiago Mariño, fueron expulsados a las Antillas.[2]​ El presidente Vargas renunció al año siguiente.[6]

Véase también

Referencias

  1. a b c d «José María Vargas: La sabiduría puesta al servicio de un país». Universidad Central de Venezuela. 
  2. a b «El derrocamiento de Vargas visto por sus contemporáneos». Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas. 
  3. Lizarzado, Carlos Giménez (2015). «José María Vargas y la sociedad económica amigos del país. Economía e ilustración. Particularidades en Venezuela. 1829-1839». Compendium 18 (34): 43-68. ISSN 1317-6099. 
  4. a b c d Reinaldo Rojas (9 de octubre de 2018). «Vargas y Carujo». El Universal. Consultado el 27 de febrero de 2025. 
  5. Catalina Banko de Mouzakis. «Revolución de las Reformas». Fundación Empresas Polar. Diccionario de Historia de Venezuela. 
  6. «Carlos Soublette». Fundación Centro de Investigación y Estudios de la Venezolanidad. 10 de diciembre de 2016.