Casa de Contratación y Consulado de San Sebastián

El Consulado de San Sebastián en el País Vasco (España) se fundó al estilo de otras ciudades españolas en 1682.
Su misión era conocer y agilizar todas las relaciones comerciales que ocurriesen sobre mercaderías, compras y ventas, cambios, seguros, cuentas, compañías y demás faenas de mar incluidos los socorros.[1] Así mismo atendía y juzgaba las diferencias que se suscitasen entre los mareantes, capitanes de navíos y maestros de embarcaciones, que arribasen a los puertos de Guipúzcoa ya sea al tiempo de su arribada, o ya al salir de ellos.[2]
Su actividad perduró hasta la entrada en vigor del nuevo Código de Comercio de 1829.
Descripción
Desde el siglo XV existía en San Sebastián la Cofradía de Mareantes de Santa Catalina con la finalidad de defensa de los intereses mercantiles y dotada, al efecto, de atribuciones amplias y con un respaldo de oficialidad reconocido. Fue el embrión del Consulado de San Sebastián.[3]
En 1682 se fundó por una real cédula en Madrid la "Ilustre Universidad, Casa de Contratación y Consulado de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de San Sebastián".[4]
Su finalidad era impulsar el comercio marítimo en competencia con los puertos vecinos de Bilbao y Bayona (Francia).[5]
La sede estuvo en la segunda planta del edificio del ayuntamiento y posteriormente pasó al edificio que hoy ocupa el museo marítimo vasco en el puerto donostiarra. Era gobernada por un prior y dos cónsules además de otros empleados subalternos.[6]
Desarrolló una actividad útil y beneficiosa no sólo para el comercio donostiarra sino también para el general de la Provincia destacando las obras de conservación del muelle y puerto de San Sebastián, mereciendo mención especial al respecto las obras que se llevaron a cabo por los años de 1774-1778.[1]

Tuvo mucho que ver en el revivir del espíritu de iniciativa comercial que conoció la sociedad guipuzcoana en las década iníciales del s. XVIII.
Así mismo participó en la serie de estudios, informes y gestiones que llevaron a la postre a la constitución, en 1727-1728, de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas., de gran importancia en la historia de Guipúzcoa.[7]
Otro hecho relevante fue la promoción de la Compañía ballenera de San Sebastián en 1732. La empresa inició su funcionamiento con tres naves construidas con el apoyo de la Corona, la Diputación de Guipúzcoa y la Compañía de Caracas. Pero las expectativas fundacionales no se cumplieron pese a contar con determinadas ventajas fiscales. La competencia internacional se sumó a la mala fortuna y a la escasa motivación inversora de armadores y comerciantes que estaban más interesados en el negocio del cacao. La disolución de esta Compañía se produjo tras dos décadas de actividad intermitente.[8]
Con la entrada en vigor del Código de Comercio de 1829´, el Consulado perdió su razón de ser.
Referencias
- ↑ a b «Consulado de San Sebastián». Enciclopedia Auñamendi.
- ↑ Unsáin, José María. «La Casa-Torre del Consulado, edificio de servicios portuarios transformado en museo marítimo (Untzi Museoa-Museo Naval)». Revista de Estudios Marítimos del País Vasco.
- ↑ «COFRADÍA DE MAREANTES DE SANTA CATALINA». Enciclopedia Auñamendi.
- ↑ «Donostia/San Sebastián». Enciclopedia Auñamendi.
- ↑ «De Consulado (S. XVIII) a Museo Marítimo de San Sebastián». Difusión del Patrimonio.
- ↑ «CASA-TORRE DEL CONSULADO DE SAN SEBASTIÁN». Diputación Foral de Guipúzcoa.
- ↑ «La Real Compañía Guipuzcoana de Caracas». Enciclopedia Auñamendi.
- ↑ Unsain, José María. «SAN SEBASTIÁN, ciudad marítima. Pg 108». Museo Naval. Diputación Foral de Guipúzcoa.