Diócesis de Córdoba

La diócesis de Córdoba (en latín: Dioecesis Cordubensis) es una circunscripción eclesiástica de la Iglesia católica en España. Se trata de una diócesis latina, sufragánea de la archidiócesis de Sevilla. Desde el 18 de febrero de 2010 su obispo es Demetrio Fernández González.

Diócesis de Córdoba
Dioecesis Corduben(sis) (en latín)
Catedral de la Asunción de Nuestra Señora
Información general
Iglesia católica
Iglesia sui iuris latina
Rito romano
Sufragánea de archidiócesis de Sevilla
Fecha de erección Siglo III (como diócesis)
Sede
Catedral de la Asunción de Nuestra Señora o de Santa María[1]
Ciudad Córdoba
División administrativa comunidad autónoma de Andalucía
País EspañaBandera de España España
Curia diocesana Calle Torrijos 12, 14003 Córdoba
Jerarquía
Obispo Demetrio Fernández González
Vicario general Jesús Daniel Alonso Porras
Estadísticas
Población
 Total
 Fieles
(2021)
785 240
781 243 (99.5%)
Sacerdotes 343
Parroquias 231
Superficie 13 717 km²

Localización y extensión de la diócesis
Sitio web
www.diocesisdecordoba.es/

Territorio y organización

Detalles de la mezquita-catedral.

La diócesis tiene 13 717 km² y extiende su jurisdicción sobre los fieles católicos de rito latino residentes en la provincia de Córdoba de la comunidad autónoma de Andalucía.

La sede de la diócesis se encuentra en la ciudad de Córdoba, en donde se halla la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora o de Santa María y la basílica de San Pedro.

En 2021 en la diócesis existían 231 parroquias agrupadas en 17 arciprestazgos, y estos en 4 vicariatos.

Historia

La evangelización y difusión del cristianismo en Córdoba ocurrió posiblemente desde los primeros momentos y su región está marcada por la presencia de numerosos mártires, entre los que se encuentran los santos Acisclo y Victoria, recordados en el martirologio romano el 17 de noviembre, los santos Fausto, Genaro y Marcial, recordados el 13 de octubre, y Zoilo, celebrado el 27 de junio. Todos estos santos sufrieron el martirio durante las persecuciones de la época de Diocleciano.

La diócesis de Córdoba fue erigida presumiblemente en el siglo III, a finales del cual hay constancia documental del primer obispo conocido, san Osio, quien fue ordenado hacia 290 y luchó enérgicamente contra el arrianismo. Fue el principal impulsor del Concilio de Nicea I en 325 en el que, por encargo del emperador Constantino I el Grande, dirigió el desarrollo. Según algunos, el Credo Niceno fue escrito por Osio y a él debe atribuirse al menos la expresión homoúsios ("consustancial"). También participó en el Concilio de Sárdica en 343, que, como continuación del de Nicea, fue convocado por el papa Julio I. La Iglesia ortodoxa y la Iglesia católica de rito oriental lo veneran como santo confesor, y celebran su fiesta el día 27 de agosto. La diócesis de Córdoba se extendía por el norte hasta las orillas del río Guadiana y al sur comprendía tan sólo una mínima parte de la campiña cordobesa, coincidente con el conventus romano.

Después de Osio, se conocen los obispos de Higino, que lucharon contra el priscilianismo, pero que luego fue conquistado por este y por tanto depuesto de su sede; y Gregorio quien, según Estrabón, fue elogiado por el emperador Teodosio I (379-395). Desde su fundación, Córdoba siempre ha formado parte de la provincia eclesiástica de la archidiócesis de Sevilla.

Tras las invasiones bárbaras, en época visigoda, la ciudad episcopal se enriqueció con numerosos edificios religiosos. Pérez[2] hace una lista de 65 iglesias, documentadas con las fuentes de la época, incluida la antigua catedral dedicada a san Vicente. Se construyeron las primeras basílicas, que se convirtieron en mezquitas tras la invasión musulmana en 711. Hacia 785 no quedó ninguna iglesia en el centro urbano y los edificios de culto cristiano estaban extramuros. La sucesión episcopal parece que se mantenía al menos hasta el siglo X, según una crónica árabe de la segunda mitad del siglo XI. Además, en Córdoba hubo, en el siglo IX, los primeros mártires de la persecución islámica anticristiana: Adolfo, Juan, Leocricia y Eulogio. En 891 fueron martirizados cerca de un millar de cristianos en Poley y en el siglo X se recuerdan los mártires Dulce, Pelagio, Argéntea y Vulfura.[3]

Tras la reconquista cristiana por Fernando III el Santo en 1236, la diócesis fue restaurada después de tres siglos de sede vacante. Se estableció una configuración territorial de la diócesis acomodándola a los límites del reino almohade de Córdoba y al mismo tiempo fue ampliada fusionando el territorio de la antigua sede de Egabro y parte de las de Écija, Itálica y Elvira. La sede se convirtió en sufragánea de la archidiócesis de Toledo. La gran mezquita de Córdoba, que se levantaba en el lugar de la antigua iglesia visigoda de San Vicente, fue transformada para albergar la nueva catedral diocesana desde el momento de la ordenación episcopal de su primer obispo, Lope de Fitero, en 1238. El capítulo de canónigos se estableció en 1238.

Durante el siglo siglo XIII, la sede de Córdoba fue disputada por los metropolitanos de Toledo y Sevilla, quienes finalmente se impusieron.

En 1464 Pedro de Córdoba y Solier fue el último obispo elegido por el cabildo.

En 1482 se instituyó la inquisición diocesana, que fue muy activa, con numerosos autos de fe documentados hasta la primera mitad del siglo XVIII.

En 1583, en cumplimiento de las decisiones del Concilio de Trento, se estableció el seminario diocesano, dedicado a san Pelagio. Poco después se erigieron los hospitales de San Jacinto, fundado por el beato Francisco de Posadas, y de Jesús Nazareno, fundado por el religioso Cristóbal de Santa Catalina. La presencia y actividad de grandes figuras de santos españoles, como las de Juan de la Cruz y Francisco de Borja, dieron un gran impulso a la reforma tridentina en la diócesis de Córdoba.

A mediados del siglo XIX, la supresión de los bienes de las órdenes religiosas y las desamortizaciones golpearon a la diócesis, privándola de medios económicos. Sin embargo, el obispo Joaquín Tarancón y Morón reaccionó con una línea suave, encaminada a la conciliación en las relaciones entre Iglesia y Estado.

En el siglo XIX, debido a las reformas jurisdiccionales del concordato de 1851, deja de ser sufragánea de Toledo para depender de la archidiócesis de Sevilla.[4] También se añadieron a la diócesis dos arciprestazgos y algunas parroquias.

Durante el período de la Segunda República y la guerra civil española, 82 sacerdotes diocesanos fueron martirizados, mientras que otros dos murieron en prisión. Además, fueron martirizados un subdiácono, cuatro seminaristas, 19 religiosos, la beata Victoria Díez y numerosos laicos pertenecientes a la Acción Católica o al grupo de Adoración Nocturna. El propio obispo Adolfo Pérez Muñoz fue condenado a muerte y encarcelado, pero logró escapar.

En 1958, tras el concordato de 1953 que establecía que los límites de las diócesis coincidían con los de las provincias civiles, la diócesis de Córdoba cedió el arciprestazgo de Castuera a la diócesis de Badajoz y la parroquia de Villanueva de Tapia a la diócesis de Málaga. Al mismo tiempo adquirió a la archidiócesis de Sevilla las parroquias de Fuente Palmera y Puente Genil.[5]

La reconstrucción de la diócesis después de la guerra civil se centró en la formación del clero diezmado, la construcción de nuevas iglesias y la expansión de las asociaciones católicas.

Estadísticas

Según el Anuario Pontificio 2022 la diócesis tenía a fines de 2021 un total de 781 243 fieles bautizados.

Año Población Sacerdotes Bautizados por
sacerdote
Diáconos
permanentes
Religiosos Parroquias
Bautizados
católicos
Total % de
católicos
Total Clero
secular
Clero
regular
Varones Mujeres
19501 000 9001 001 005100.02911969534391971285128
1967802 500802 700100.05743592151398399984204
1980760 380765 62099.350831019814963371023227
1990785 000792 00099.14092921171919160887229
1999757 700767 17598.8325246792331126737234
2000758 000767 17598.8326246802325121734239
2001787 098789 37599.73322537923701291152239
2002767 089769 62599.736825611220841601100240
2003768 489771 13199.736625411220991601089230
2004768 337771 13199.637025811220761541089232
2006780 005783 52099.637626311320741811006230
2013801 317805 85799.4354275792263122778230
2016792 018795 61199.53602748622002136680231
2019786 640790 00099.63532837022282117658231
2021781 243785 24099.53432727122773118646231
Fuente: Catholic-Hierarchy, que a su vez toma los datos del Anuario Pontificio.[6]

En el curso 2017-2018 se formaron 60 seminaristas mayores en la diócesis: 40 en el Seminario Mayor diocesano y 20 en el Seminario Redemptoris Mater local.[7] Además, se ordenaron dos nuevos sacerdotes.[8]

Referencias

  1. «El Cabildo Catedralicio de Córdoba». Web oficial de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba. Consultado el 29 de junio de 2014.
  2. Op. cit., col. 856-864.
  3. Numerosos son los mártires recordados en el martirologio romano que sufrieron la muerte in persecutione Arabica. Pérez, op. cit., col. 846-856.
  4. «Concordato de 1851, celebrado entre la Santidad de Pío IX y la Majestad Católica de doña Isabel II.». BOE nº 6146. 1851. Consultado el 3 de mayo de 2023.
  5. Decreto Quum sollemnibus, en AAS 50 (1958), pp. 707-709.
  6. Cheney, David (10 de junio de 2023). «Diocese of Córdoba». Catholic-Hierarchy (en inglés). Kansas City. Consultado el 25 de noviembre de 2023. «Datos tomados del Anuario Pontificio de 2022 y precedentes ».
  7. «Estadísticas de seminarios | CEE». www.conferenciaepiscopal.es. Archivado desde el original el 2 de marzo de 2017. Consultado el 11 de marzo de 2017.
  8. https://www.revistaecclesia.com/ordenacion-de-presbiteros-en-la-catedral-de-cordoba

Bibliografía

Enlaces externos

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