Masacre de la Loma de San Juan

La Masacre de la Loma de San Juan o Masacre de los 71[1] ocurrió el 12 de enero de 1959 tras el fusilamiento de 71 colaboradores de Fulgencio Batista ordenado por Raúl Castro en Santiago de Cuba tras un juicio sumario.[2]

Masacre de la Loma de San Juan

Periódico que reseña declaraciones de Raúl Castro quien promete mas ejecuciones.
Localización
País Cuba
Lugar Santiago de Cuba
Datos generales
Tipo Masacre
Organizador Raúl Castro
Objetivo Colaboradores de Fulgencio Batista
Histórico
Fecha 12 de enero de 1959
Desenlace
Muertos 71-73

Antecedentes

Fusilamiento de Arístidez Díaz en Manzanillo.

Tras el triunfo de la Revolución cubana el 1 de enero de 1959 decenas de sus partidarios de Fulgencio Batista y miembros de las fuerzas armadas y la policía fueron detenidos y acusados de crímenes de guerra y otros abusos.[2]

Hechos

El 11 de enero, un tribunal revolucionario en Santiago de Cuba condenó a muerte a 4 individuos tras un juicio sumario de 4 horas[2] al ritmo de 4 minutos para cada sentencia. Estuvo dirigido por Belarmino Castilla Mas, Jorge Serguera actuó como fiscal[3] y todo se desarrolló en un ambiente de circo,[2] sin abogados defensores ni pruebas que los incriminaran en crímenes previos.[4]

De inmediato, el Comandante del Ejército Rebelde Raúl Castro, al mando de la provincia de Oriente, ordenó la pena de muerte para 68 hombres más, declarando que “si uno era culpable, todos eran también culpables".[2] Los rebeldes de Santiago también condenaron a 10 hombres a 10 años de cárcel y absolvieron a 47.[5] En la prisión de Boniato, 6 sacerdotes escucharon las últimas confesiones de los condenados. Luego, atados con cuerdas y en pares, fueron llevados en camiones a un campo de tiro en La Loma de San Juan.[2] La revista Time informó:

“Los autobuses llegaron al campo de tiro antes del amanecer y los condenados desmontaron, iban con las manos atadas y los rostros demacrados. Algunos alegaron que habían sido simpatizantes de los rebeldes todo el tiempo, algunos lloraban, la mayoría iba en silencio. En una colina que dominaba la cordillera, una multitud vitoreaba a cada descarga. “Mátenlos, mátenlos”, gritaban los espectadores.”[5]

Raúl Castro en 1959.

El 12 de enero de 1959 alrededor de las 2:00 AM comenzó la matanza los hombres eran alineados, uno por uno y fusilados frente a una zanja de cuarenta metros excavada ese mismo día.[2] Entre 71 y 73 cubanos fueron ejecutados y enterrados en una fosa común de 40 metros de largo que había sido excavada un tiempo antes del juicio. Raúl Castro dirigió la matanza.[1]

La lista para el fusilamiento contenía 72 nombres, pero uno logró evadir el pelotón, presumiblemente gracias a contactos personales,[2] se trataba de un joven de tan solo 15 años apodado El Fiñe. Otros tres prisioneros del total reconcentrado en la galera No. 8 de la cárcel de Boniato también lograron escapar.[3] El Padre Jorge Bez Chabebe, acompañó a cada una de las víctimas a su ejecución y confirmó que los fusilamientos se prolongaron hasta las diez de la mañana.[2] Jorge Bez Chabebe a increpo a su acompañante:

“Sr. Capitán, ¿usted no puede detener esto? Va contra todas las leyes, contra la constitución de la república por la cual hemos enfrentado a Batista.”

Y este le respondió, “Padre, haga usted su deber... si yo no fusilo, me fusilarán a mí.”[3] El periodista Antonio Llano Montes, testigo y conocedor de lo ocurrido reveló haber visto manos sobre la superficie de la tierra, reforzando la hipótesis de que había víctimas vivas entre los fusilados, quienes murieron asfixiados intentando salir.[1] Antonio Llano Montes relata en Radio Mambí:

“Fuimos a reportar el juicio que se les hacía a 72 infelices. Estábamos presentes cuando Raúl Castro interrumpió al tribunal y dijo: “Si uno es culpable, los demás también lo son. Los condenamos a todos a ser fusilados”.[6]

La Masacre fue particularmente anunciada y glorificada por la prensa oficialista en su momento,[1] con el fin de crear terror, sofocar la oposición y consolidar el poder rápidamente. Las víctimas fueron privados del más básico proceso legal; la mayoría no había cometido delito alguno.[2] La comunidad internacional se quedó atónita ante el derramamiento de sangre. El delegado de Uruguay ante la Organización de las Naciones Unidas, el embajador cubano de Argentina, el senador liberal estadounidense Wayne Morse y el gobernador de Puerto Rico, Luis Muñoz Marín protestaron. La respuesta de Fidel Castro fue:

“Hemos dado órdenes de fusilar hasta el último de esos asesinos, y si tenemos que oponernos a la opinión mundial para hacer justicia, estamos dispuestos a hacerlo”.[5]

En 1963 el Huracan Flora desenterró algunos de los cuerpos, sacándolos sobre la tierra y dejándolos a la vista de todos. El gobierno reubico a los cadáveres en tumbas de concreto pesado[1] y arrojados a la profundidad de la Fosa de las Caimán.[2]

Véase también

Referencias

  1. Shiling, Julio M. (11 de enero de 2019). «La Masacre de la Loma de San Juan: sesenta años después». Cubanet. Consultado el 29 de diciembre de 2023.
  2. «La masacre de la Loma de San Juan ordenada por Raúl Castro». Archivos Cuba. 2022.
  3. «La madrugada de los 71 asesinatos de Raúl Castro Ruz». CiberCuba. 12 de enero de 2021. Consultado el 30 de diciembre de 2023.
  4. CubaNet (7 de julio de 2022). «La revolución del crimen: cinco grandes masacres perpetradas por el castrismo». Cubanet. Consultado el 30 de diciembre de 2023.
  5. «The Vengeful Visionary». TIME (en inglés). 26 de enero de 1959. Consultado el 29 de diciembre de 2023.
  6. todoporcuba (12 de enero de 2014). «Masacre de Loma de San Juan, enero 12 1959». Todo por CUBA. Consultado el 30 de diciembre de 2023.
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