Desigualdad educativa

La desigualdad educativa se entiende como la distribución no equitativa de los recursos educativos, es decir; hay una limitación en cobertura de matrícula, financiamientos escolares, maestros calificados y con experiencia, libros y tecnologías. Dicha desigualdad, conduce a grandes diferencias en el éxito y eficiencia educativa de cada persona y, en última instancia, suprime el desarrollo del país.

Se ha señalado que la economía de la educación es abundante en estudios que establecen la correlación positiva entre el aumento de los niveles de escolaridad y el aumento de los ingresos en casi todo el mundo.[1]

Esto quiere decir que hay una correlación entre el nivel de educación y la calidad de vida de la persona y su entorno, por lo que, si el nivel educativo de una persona es bajo, por consecuente, su calidad de vida también lo es. Es por ello, que la educación se considera como una vía para la disminución de la pobreza y aumento en el desarrollo social, económico, y cultural del país.

Factores que explican la desigualdad

  • Discontinuidad entre la cultura del hogar y la cultura escolar.
  • Brecha entre alumnos que tienen las competencias y habilidades necesarias para beneficiarse de la utilización de la computadora y los que no los tienen.
  • "Tracking", la agrupación de alumnos en aulas de acuerdo a sus capacidades.
  • Oportunidades de aprendizaje, específicamente las referentes al tiempo de estudio de los alumnos.
  • Migración de los alumnos.

Medición

La medición de la eficacia educativa varía según el país e incluso las provincias o estados dentro del país. Generalmente, las calificaciones, los puntajes de calificación escolar, los puntajes de las pruebas, las tasas de abandono, las estadísticas de ingreso a la universidad y las tasas de finalización de la misma se utilizan para medir el éxito educativo, ya sea de una institución, del Estado o Ciudad o bien, del país.

Al determinar qué se debe medir en términos del éxito educativo de un individuo, muchos académicos sugieren que la calificación escolar, los puntajes de las pruebas y otras medidas de la capacidad de desempeño no son las únicas herramientas útiles para determinar la eficacia.[2] Además del desempeño académico, el logro de los objetivos de aprendizaje, la adquisición de las habilidades y competencias deseadas, la satisfacción, la persistencia y el desempeño post universitario deben medirse y contabilizarse al determinar el éxito educativo de las personas. Los académicos sostienen que el rendimiento académico es solo el resultado directo de alcanzar los objetivos de aprendizaje y adquirir las habilidades y competencias deseadas. Para medir con precisión la eficacia educativa, es imperativo separar el rendimiento académico porque captura solo la capacidad de desempeño de un estudiante y no necesariamente su aprendizaje o capacidad para usar de manera efectiva lo que ha aprendido.[3]

Desigualdad educativa en México

La desigualdad educativa es una problemática que está presente en zonas urbanas y sobre todo en comunidades rurales, estas comunidades son desfavorecidas y, por ende, tienden a ser socialmente excluidas. En el caso de México, en consonancia con los hallazgos del informe del Instituto Nacional de Evaluación para la Educación (INEE) 2014, los datos que se ofrecen confirman que en la gran mayoría de las entidades federativas existe una suerte de exclusión social, en la medida en que los niños más desfavorecidos socioculturalmente van a escuelas con niños de su mismo estatus; es decir, estamos ante una dinámica que circunscribe el acceso de los niños a la escuela según su nivel socioeconómico, sin ninguna permeabilidad social. Como resultado de ello, los niños de estratos bajos están privados del acceso a bienes culturales y a vivencias de niños de hogares con mayor nivel socioeconómico y cultural. Como es bien sabido, estas limitantes influyen inevitablemente a lo largo de la vida para acceder a un espectro mayor de oportunidades. [4]

En otros casos, las personas que pertenecen a estos grupos marginados se les limita el acceso a las escuelas debido a que la oferta es baja y la demanda es alta, y esto genera otra problemática; que las personas excluidas busquen alternativas, entre la más común es migrar a una zona urbana en la que la oferta educativa sea alta, sin embargo, esto conlleva otro reto ya que en ciudades y/o capitales en sí, la oferta es alta y por consecuente habría una sobredemanda, sobre todo en educación media superior y educación superior.

Referencias

  1. Tilak, Jandhyala B. G. (2002-07). «Education and Poverty». Journal of Human Development (en inglés) 3 (2): 191-207. ISSN 1464-9888. doi:10.1080/14649880220147301. Consultado el 22 de noviembre de 2023.
  2. «Closing the Achievement Gap: A Vision for Changing Beliefs and Practices]. 2nd ed. Alexandria, VA: Association for Supervision and Curriculum Development» (en inglés). 2003. Consultado el 23 de septiembre de 2020.
  3. «Defining and Measuring Academic Success». Practical Assessment, Research & Evaluation (en inglés) 20. 5 de marzo de 2015.
  4. Tapia G., Valenti, Luis Arturo., Giovanna (marzo, 2016). «Desigualdad educativa y desigualdad social en México. Nuevas evidencias desde las primarias generales en los estados.». Perfiles educativos. Consultado el 22 de noviembre de 2023.
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