Cristo de la Sabana
El Cristo de la Sabana, también conocido popularmente como Cristo de la Mata, es una obra pensada por Don José Natalio Estrada Torres, que se encuentra en la Parroquia Eclesiástica San Miguel Arcángel de Mantecal de la Diócesis de Guasdualito, Venezuela.
Cristo de la Sabana | ||
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![]() "Señor bendice a nuestro llano" | ||
Diseñador | Don José Natalio Estrada Torres | |
Creación | 1620 - 1630 | |
Ubicación | Parroquia Eclesiástica San Miguel Arcángel de Mantecal de la Diócesis de Guasdualito, Venezuela | |
Material | Mármol de Carrara | |
Dimensiones | 2 metros de altura | |
Peso | 900 kg | |
Historia
Es una devoción que tiene su origen en la frescura y humildad de unos niños de la Fundación del Hato Trinidad de Arauca. Comenzaron a contar a sus mayores, que en el médano de ese Hato veían una señora muy bella, pero con barba y que a través de su ropa podían verle el corazón.
Esta historia llegó a oídos del dueño, Don José Natalio Estrada Torres, quien, entusiasmado por la bella historia, encargó a Italia, un Cristo de mármol de Carrara, aparentemente sin dar mayores especificaciones. Todos quedaron sorprendidos, pues en lugar del Cristo encargado, le habían enviado un ¡Corazón de Jesús!, tal como lo describían los niños.
Características
El Corazón de Jesús mide cerca de dos metros y pesa unos 900 Kg, fue elaborado en un precioso mármol blanco y lo colocaron sobre un pedestal en el centro del médano, mirando hacia el río Arauca. En la parte de abajo le colocaron una leyenda que dice: “SEÑOR BENDICE A NUESTRO LLANO”. Desde entonces fue llamado el Cristo de la Mata (así se llamaba el sector donde fue ubicado) o Cristo de la Sabana.
Bibliografía
Un poco más tarde, inspirado en el poema de Andrés Eloy Blanco “Píntame Angelitos Negros”, el dueño del Hato solicitó a Italia cuatro ángeles, (uno blanco, uno negro, uno mestizo y uno indio), queriendo representar de esa manera, los niños de las distintas razas que habitaban el llano. Estos hermosos ángeles, de dimensiones menores que el Cristo, fueron colocados en semicírculo, mirando al Cristo.
Pasando el tiempo, no son pocas las personas que testimonian haber recibido algún favor del Cristo de la Sabana, por esta razón, es muy común ver pequeños obsequios de agradecimiento por los favores concedidos.
Reflexión teológica
Monseñor Pablo Modesto González Pérez, obispo de la Diócesis de Guasdualito ha insistido en lo importante que es, para nuestra evangelización, tener ideas claras sobre el concepto de Dios que se pueden manejar. Como obispo el insiste en que se necesita profundizar en DIOS que es UNO Y TRINO (Misterio de la Santísima Trinidad). La identificación con Él implica participar en la construcción de la fraternidad que no es otra cosa que construir la unidad en la diversidad. El Dios en el que la Iglesia cree que es la misma que también quiere el Papa Francisco desea que los católicos crean es en un Dios-familia que invita y exhorta a configurar la vida personal con la de Él.
La segunda insistencia de sus reflexiones teológicas en los inicios de la diócesis de Guasdualito es sobre el DIOS DE LA MISERICORDIA. De lo que los creyentes pueden estar seguros al hablar de Dios es de su talante misericordioso con todos, y de un modo especial con los más pobres (los que no vienen, no tienen, no pueden, no saben…). Cuando Jesús describe el juicio final en el capítulo 25 de San Mateo insiste en que al final, se tendrá en cuenta las obras de misericordia con el que necesitó la ayuda de los Cristianos.
La tercera insistencia de su prédica teológica tenía que ver con el Dios Alegre que quiere que los cristianos se parezcan a Él. Un cristiano triste es un triste cristiano. Es tarea de las personas de fe transmitir y contagiar optimismo y esperanza.
Identidad para una Diócesis y para Venezuela
Al asumir el Cristo de la Sabana como un icono de identidad para la diócesis de Guasdualito, Monseñor Pablo Modesto González Pérez, propone activar la identificación con una imagen que muestra, por una parte, la humildad de unos niños que ven a Dios en el médano y, otra parte, la riqueza de un Dios a quien “a través de su ropa podían verle el corazón”.
La devoción del sagrado corazón de Jesús al igual que la de Jesús de la Misericordia muestran al devoto, por un lado, a un Dios a quien le se destroza el corazón con las culpas, pero que, a pesar de todo, se da por entero para la salvación del pueblo y, por otra, muestra a un Dios que ilumina con sus rayos de coloridas luces desde su corazón destrozado a aquel que se le acerca.
Historia Cultural
En el Hato La Trinidad de Arauca, perteneciente a la familia Estrada por cinco generaciones y ubicado en el Cajón de Arauca, existe un médano. En él jugaban los niños de la Fundación con mucha frecuencia, hasta que empezaron a contar a sus mayores, que en el médano veían una señora muy bella pero con barba y que a través de su ropa podían verle el corazón. La historia llegó a oídos de Don José Natalio Estrada Torres, quien encargó a Italia, un Cristo de mármol de Carrara, aparentemente sin dar mayores especificaciones.
Imaginemos por un momento cuanto tiempo tardó en llegar dicho encargo, cuando las vías de comunicación eran prácticamente inexistentes. La cadena de ríos era entonces la vía más expedita para el comercio y por allí debía salir el encargo y regresar materializado. No se sabe exactamente cuánto tiempo tardó en llegar el Cristo a La Trinidad. ¿Seis meses? ¿un año? Ya no importa, pero un día llegó al Hato, en una carreta, una enorme caja. Don José Natalio, quizás no esperaba una figura de tales dimensiones, y acomodó la caja en algún sitio del hato y no se decidió a abrirla por un tiempo. Finalmente, cuando lo hizo, todos quedaron sorprendidos, pues en lugar del Cristo encargado, le habían enviado un ¡Corazón de Jesús!, tal como lo habían visto los niños.
El Corazón de Jesús mide cerca de dos metros y pesa unos 900 Kg, elaborado en un precioso mármol blanco y fue colocado sobre un pedestal en el centro del médano, mirando hacia el río Arauca. Le colocaron una leyenda que dice “SEÑOR BENDICE A NUESTRO LLANO”. Desde entonces fue llamado el Cristo de la Mata (así se llamaba el sector donde fue ubicado) o Cristo de la Sabana.
Con los años, Don José Natalio hizo un nuevo encargo a Italia: cuatro ángeles, en los que quería representar los niños de las distintas razas que habitaban el llano. Se cuenta que se inspiró en el hermoso poema de Andrés Eloy Blanco, “Píntame Angelitos Negros”. De allí encargó entonces, uno blanco, uno negro, uno mestizo y uno indio.
Estos hermosos ángeles, de dimensiones menores que el Cristo, con las facciones y colores característicos de la raza que representaban, fueron colocados en semicírculo, mirando al Cristo.
Estas figuras se encuentran actualmente en el mismo lugar, quizás deterioradas por el tiempo y la intemperie. Al Cristo de la Sabana se le atribuyen propiedades milagrosas, la gente de los alrededores acude a hacer sus peticiones y en la base superior del pedestal, siempre pueden verse los pequeños obsequios de agradecimiento por los favores concedidos.
La fotografía que colocamos, la obtuvimos del libro “María del Llano”, escrito por el poeta Estrada Torres, en su tercera edición publicada en 1967. Quizás por las disponibilidades de entonces o quizás para mostrar mejor los ángeles que acompañan la figura, la fotografía es en realidad un montaje, que los muestra mirando en el mismo sentido que el Cristo. Sin embargo las figuras son las reales y simplemente debemos visualizarlas de espaldas, mirando al Cristo.
Varias canciones y poemas mencionan el Cristo de la Mata o de la Sabana y nos ha costado decidir cuál colocar. Finalmente nos hemos decidido por fragmentos de algunos poemas y en posteriores entradas, les ofreceremos el poema completo del autor, dirigido a Francisco Salazar Martínez, así como el bellísimo poema “Llano, poeta y milagros” del insigne poeta Julio César Sánchez Olivoo
“Con tu –Cristo de la Mata- Que me sirve de baquiano, Bondadoso Soberano Que hace la vida mas grata Y mi pluma cual cantata. Y para tu altar yo voy Mas mi corazón te doy Cuajado de luceritos, Te adoran los angelitos De mundo de Andrés Eloy.
Cuando llegue ese momento Que a todos nos llega hermano, Aquellos amigos tuyos Que somos como el Carrao Por ser fieles a la raza Del auténtico araucano, Si no hemos emprendido Antes que tú el viaje largo, Al pié del arpa tu nombre Pronunciaremos cantando Y hablaremos de los santos En Rincón Hondo olvidados, El gran Cristo de “La Mata” De ojos, cuerpo y manto blancos……
Carta a José Natalio Estrada/Julio César Sánchez Olivo[1]
Notas
Referencias
- «VIVENCIAS LLANERAS DEL ABUELO: El Cristo de La Mata o de la Sabana. 1/4». VIVENCIAS LLANERAS DEL ABUELO. 9 de diciembre de 2010. Consultado el 21 de enero de 2024.