Conquista de Gran Canaria

La conquista de Gran Canaria fue un proceso histórico que tuvo lugar entre 1478 y 1483 durante el cual la isla de Gran Canaria, en el archipiélago atlántico de Canarias, fue incorporada a la Corona de Castilla mediante una ocupación militar del territorio habitado por los aborígenes canarios. Fue la primera de la denominada etapa realenga de la conquista de las islas Canarias, pues fue promovida y financiada directamente por los Reyes Católicos. Asimismo, formó parte en sus inicios de los conflictos habidos entre Castilla y Portugal durante la guerra de sucesión castellana.

Conquista de Gran Canaria
Parte de la conquista de las islas Canarias y de la guerra de sucesión castellana

Rendición de Gran Canaria (1906) de Manuel González Méndez.
Fecha 24 de junio de 1478-29 de abril de 1483
Lugar Gran Canaria (islas Canarias)
Casus belli Expansión europea en el Atlántico
Resultado Victoria castellana
Consecuencias Incorporación de la isla a la Corona de Castilla, colonización europea y desaparición de la cultura aborigen
Beligerantes
Corona de Castilla
Apoyados por:
Aborígenes del bando de Gáldar (a partir de 1482)
Aborígenes canarios
Apoyados por:
Reino de Portugal (brevemente en 1478)
Comandantes
Juan Rejón
Juan Bermúdez
Pedro de Vera
Tenesor Semidán (a partir de 1482)
Tenesor Semidán (hasta 1482)
Doramas (†)
Bentejuí (†)
Faycan de Telde (†)
Fuerzas en combate
≈ 670 peones y 40 jinetes (1478-1480)
≈ 830 peones y 125 jinetes (1480-1483)
≈ 600-700 guerreros (1478)
≈ 100 guerreros (1483)
Bajas
≈ 250 muertos y centenares de heridos ≈ 300 muertos y centenares de heridos y cautivos

La conquista duró casi cinco años debido tanto a la resistencia de los aborígenes, quienes se aprovecharon de la difícil orografía insular, como a las disensiones que se produjeron entre los conquistadores y la falta de refuerzos.[1] Se distinguen dos fases principales: una primera entre 1478 y 1480 caracterizada por el estancamiento del proceso debido a los problemas internos entre la hueste conquistadora, y una segunda, entre 1480 y 1483, en que bajo el mando único del gobernador Pedro de Vera se intensificó la presión sobre los canarios.[2]

Como resultado de la victoria castellana la isla pasó a formar parte de la Corona de Castilla, y fue progresivamente colonizada por pobladores europeos. Por su parte, la cultura y estructura social aborigen desaparecieron, y los canarios fueron en parte expatriados y en parte incorporados a la nueva sociedad.

Fuentes para su estudio

Las principales fuentes para el conocimiento de los hechos sobre la conquista de Gran Canaria se pueden dividir en dos grupos: la documentación oficial contemporánea a los acontecimientos, y las crónicas o relaciones, tanto coetáneas como posteriores.

En el primer grupo se engloban los documentos encontrados por los investigadores modernos en los archivos españoles, como son el Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla o el Archivo General de Simancas.[3] Destaca también la información de méritos de Fernando Guanarteme, conocida en la historiografía como «información guanartémica», mandada realizar por su hija Margarita Fernández en 1526 y que aporta numerosos detalles sobre la conquista.[4]

En el segundo se agrupan tanto las crónicas escritas en la península ibérica por autores coetáneos o muy próximos a los hechos, como las confeccionadas en el archipiélago canario en el siglo posterior a la conquista. Entre las primeras, los autores Alfonso de Palencia, Hernando del Pulgar, Diego de Valera y Andrés Bernáldez dedicaron algunos capítulos de sus crónicas sobre los Reyes Católicos a la conquista de Canarias.[5][6]

Entre las obras realizadas en Canarias destacan las conocidas como «crónicas de la conquista» (manuscritos Lacunense, Matritense y Ovetense), que según los investigadores serían copias o extractos del siglo XVI de una crónica primitiva. Esta desaparecida crónica-madre habría sido confeccionada entre finales del siglo XV y comienzos del siguiente por el entorno familiar del alférez mayor de la conquista Alonso Jáimez de Sotomayor.[7][8][9]

Otras dos relaciones históricas estrechamente relacionadas con estos manuscritos son las atribuidas a los supuestos conquistadores Antonio Cedeño y Gómez Escudero. En realidad se trataría de autores espurios y obras confeccionadas tardíamente.[10][11]

Asimismo, sobresalen también en este cuerpo de fuentes tradicionales las obras de Juan de Abréu Galindo y Leonardo Torriani, Historia de la conquista de las siete islas de Canaria y Descrittione et historia del regno de l'isole Canaria respectivamente, confeccionadas en la segunda mitad del siglo XVI y cuyos autores utilizaron para su redacción algunas fuentes que no han llegado a nuestros días.[12]

Las obras de autores del siglo XVII como Tomás Arias Marín de Cubas o fray José de Sosa, solo compilan e interpretan las crónicas preexistentes, siendo a partir sobre todo del siglo XVIII con José de Viera y Clavijo cuando comiencen los estudios críticos y la contrastación de los textos clásicos con la documentación de los archivos, que se intensificará ya en el siglo XX.[13]

Antecedentes

Gran Canaria antes de la conquista

Una pareja de aborígenes de Gran Canaria según dibujo de Leonardo Torriani (1590).

La isla de Gran Canaria estaba habitada desde por lo menos el siglo I a. C. por uno de los pueblos aborígenes que poblaron el archipiélago procedentes del norte de África, relacionados genética y culturalmente con los bereberes.[14][nota 1]

Los canarios permanecieron en un relativo aislamiento durante buena parte de la Edad Media hasta el redescubrimiento del archipiélago para los europeos por parte de navegantes genoveses en el siglo XIV.[17]

En la fase final de su cultura, entre los siglos XIII y XV d. C., los antiguos canarios conformaban un pueblo que se hallaba en un estadio entre una sociedad de jefatura y una de tipo protoestatal. La isla estaba dividida en dos demarcaciones territoriales, bandos o reinos, el de Gáldar y el de Telde, gobernados cada uno por un rey o guanarteme, a quien seguía en jerarquía el líder religioso o faycan, todos ellos miembros de un linaje común. La sociedad estaba dividida en dos clases: una «noble» que controlaba los medios de producción, y otra «villana» que conformaba la fuerza de trabajo. Poseían una economía basada principalmente en la agricultura cerealista excedentaria, apoyada por una importante actividad ganadera de cabras y ovejas. Habitaban en cuevas, tanto naturales como artificiales, y construían casas de piedra conformando verdaderos poblados. Vestían trajes confeccionados con pieles o con tejidos vegetales, su industria era fundamentalmente lítica y de madera, debido a la inexistencia de metales en la isla, y utilizaban una cerámica sin torno.[18]

Según las fuentes históricas, en los momentos previos a la arribada de los conquistadores la isla se hallaba envuelta en conflictos internos. La muerte casi consecutiva de los dos guanartemes y la minoría de edad de sus herederos legítimos, provocó que la regencia de ambos gobiernos recayera en un tutor, cuya autoridad no fue reconocida por parte de la población.[19][20]

Los guerreros canarios y su armamento

Representación idealizada de un guerrero aborigen canario portando una lanza de madera.

Aunque las fuentes tradicionales señalan un contingente guerrero de seis a diez mil individuos, estos datos se referirían a los periodos previos al inicio de la conquista castellana en 1478. A lo largo de finales del siglo XIV e inicios del siglo XV sobrevinieron en la isla una serie de epidemias y conflictos internos que derivaron según las fuentes en la desaparición de dos tercios a tres cuartas partes de la población. Así, a la llegada de los conquistadores el contingente defensivo insular era de unos seiscientos a setecientos «hombres de pelea».[21][22]

Los guerreros aborígenes son descritos en las crónicas como «grandes é muy lijeros, y braceros y esforzados, é muy feroces».[22] Los estudios antropológicos recientes han demostrado que la sociedad de los antiguos canarios se caracterizaba por «la existencia de una violencia culturalmente aprobada, empleada con frecuencia en la resolución de conflictos». Los varones comenzarían a ejercitarse para la guerra a la edad de trece años.[23]

Sus armas principales eran dardos y lanzas de madera aguzadas y endurecidas al fuego, en ocasiones rematadas por cuernos de cabra a modo de regatón.[24][25] Por su parte, los guerreros nobles portaban unas porras o mazas de madera denominadas magados, y que eran distintivos de su clase social.[26] Tras sus contactos con los europeos, comenzaron además a confeccionar espadas y escudos de madera, imitando las de estos.[27]

Eran muy diestros en el lanzamiento de piedras y el esquive de proyectiles,[28][29] y poseían también algunas armas modernas que habían logrado como despojo de sus enfrentamientos con los europeos a lo largo de los años.[30]

Intentos previos de ocupación europea

Los portugueses, bajo las órdenes del infante Enrique el Navegante, intentaron en varias ocasiones sin éxito la conquista de Gran Canaria.

Gran Canaria sufrió varias tentativas de conquista a lo largo del dilatado proceso de incorporación del archipiélago a la Corona de Castilla, que se había iniciado en 1402 con la invasión normanda de Lanzarote por parte de Jean de Béthencourt y Gadifer de La Salle. No obstante, tanto los diferentes titulares del señorío de Canarias como el reino de Portugal, en pugna con Castilla por la expansión atlántica, fracasaron en sus tentativas.[31]

Destacan la expedición portuguesa enviada por el infante Enrique el Navegante en 1424. Comandada por el capitán Fernando de Castro, constaba de un ejército de dos mil quinientos peones y ciento veinte jinetes. Tras desembarcar en la isla y lograr que numerosos canarios se convirtieran al cristianismo, los portugueses no pudieron proseguir la conquista por falta de avituallamiento.[32]

Posteriormente, el señor consorte del archipiélago Diego de Herrera mantendrá como prioridad de su gobierno señorial el incorporar Gran Canaria al señorío de su esposa. Así, logró establecerse en la isla entre 1459 y 1476, periodo durante el cual se alternaron épocas de paz con otros de hostilidades mutuas entre castellanos y aborígenes. No obstante, a pesar de que Herrera llegó a pactos con los reyes aborígenes y construyó sendas torres en la costa de Gando y en el poblado de Telde, nunca pudo conseguir el dominio total del territorio.[33]

Dada la incapacidad de los señores de Canarias para conquistar las islas que aún permanecían insumisas, los Reyes Católicos lograron en octubre de 1477 que Inés Peraza, la señora titular, renunciara a favor de la Corona los derechos que había heredado sobre la conquista de Gran Canaria, Tenerife y La Palma.[34][35]

La conquista realenga

Preparativos

En 1477 los reyes de Castilla Isabel y Fernando asumen para la Corona la conquista de las islas de Gran Canaria, Tenerife y La Palma.

Los Reyes Católicos, que se encontraban inmersos por esas fechas en la guerra con Portugal, comenzaron enseguida a preparar la expedición conquistadora. Su intención era poseer un puerto de realengo en el archipiélago que sirviera de base a los castellanos para las rutas comerciales a las costas de África occidental y Guinea, controladas por los portugueses.[36]

En los primeros meses de 1478 el rey Fernando se reunió en Sevilla en varias ocasiones con Fernán Guerra, vecino de Lanzarote y buen conocedor de la isla de Gran Canaria por haber estado cautivo en ella, para organizar el plan de conquista.[37]

Para conseguir fondos de financiación, la Corona revistió la futura campaña de empresa evangelizadora, justificando la intervención militar «para que los que por la predicación non se quisieren convertir fuesen conquistados por fuerza de armas». Su objetivo principal era aprovechar el dinero de la bula de indulgencia Pastoris aeterni, concedida en 1472 por el papa Sixto IV para la conversión de los infieles de África e islas adyacentes.[38]

La organización de la expedición fue encargada por los reyes al cronista Alfonso de Palencia, secretario del Consejo Real, a quien se unió posteriormente el asistente de Sevilla Diego de Merlo.[39][40][41] Palencia firmó en abril de 1478 la capitulación para la conquista con fray Juan de Frías, obispo de Rubicón y de las islas Canarias, Juan Bermúdez, deán de dicho obispado y capellán real, y Juan Rejón, miembro de la Santa Hermandad y criado de la reina.[42]

La armada se preparó en Sevilla y en Sanlúcar de Barrameda, juntamente con otra que los reyes destinaron a Guinea bajo el mando del capitán catalán Juanoto Boscá. La armada para Gran Canaria estaba formada por unas veinticinco carabelas.[43]

Ambas flotas permanecieron surtas en la bahía de Cádiz bastante tiempo, produciéndose algunos problemas entre los expedicionarios de Gran Canaria. Palencia indica que esto se debió «bien a la habitual desunión entre la dotación, bien a la desidia de los jefes», apuntando también «a la astucia» de Inés Peraza, quien «con el pretexto de que le pertenecía el señorío de las siete Islas Afortunadas, pretendía anular los planes contrarios a sus intentos».[44]

El ejército conquistador

Según Alfonso de Palencia, el ejército reunido para la conquista ascendía a unos mil trescientos soldados en un primer momento.[45] Por su parte, las crónicas insulares indican que los reyes ordenaron al propio Palencia que dispusiese de seiscientos peones y treinta jinetes, a los que se sumaron numerosos hidalgos aventureros tras ser pregonada la leva voluntaria a cambio de recompensas en forma de tierras.[39][46][47]

El ejército estaba compuesto mayoritariamente por peones, entre los que destacaban los ballesteros, y un grupo reducido de jinetes que servían con sus caballos. Se hallaban también entre la hueste veinte lanzas de la Santa Hermandad, proporcionados directamente por los reyes,[48] y algún que otro espingardero.[49]

En las primeras fases de la conquista también se hallaban formando parte del grupo expedicionario un centenar de aborígenes gomeros. Estos habían sido enviados por los reyes en la armada con el objetivo de que fueran devueltos a La Gomera, ya que habían sido liberados de la esclavitud por orden regia.[50][nota 2] Asimismo, a partir de 1481 fueron reclutados delincuentes del norte de la península ibérica para servir en la conquista a cambio del perdón real.[52]

Las armas utilizadas por los castellanos eran las típicas de finales del siglo XV: picas, alabardas, espadas, dagas y cuchillos, siendo especialmente destacadas en los combates contra los aborígenes las ballestas.[53] El uso de armas de fuego no parece haber sido general, aunque sí hay referencias a la utilización de espingardas.[49]

A lo largo de los cinco años de guerra los reyes enviaron continuamente refuerzos a la isla, aunque el ejército conquistador no llegó a superar el millar de efectivos.[54]

Llegada a las islas

Península de La Isleta. En este lugar fue donde desembarcaron los conquistadores castellanos el 24 de junio de 1478.

Las dos armadas para Gran Canaria y Guinea partieron del Puerto de Santa María rumbo a Canarias en una fecha indeterminada entre finales de mayo y principios de junio de 1478.[39][55][nota 3]

Una vez en el archipiélago la flota de Guinea continuó su viaje, mientras que la armada para la conquista hizo una breve escala en Lanzarote. Arribaron a Gran Canaria en la mañana del 24 de junio, y aunque en un primer momento el objetivo era desembarcar en Gando e instalarse en las proximidades del poblado de Telde, pues el primero era lugar conocido y frecuentado por los castellanos y el segundo la capital de uno de los dos reinos de la isla, finalmente decidieron desembarcar en el puerto de Las Isletas, en el nordeste de la isla, debido al consejo del adalid mayor Fernán Guerra y de un canario cristiano llamado Juan de Telde.[39][61]

Por su parte, los canarios se encontraban sobre aviso debido a que Inés Peraza, con el fin de obstaculizar la misión real, había liberado a una criada suya para que les advirtiera de la próxima llegada de una flota conquistadora.[45]

Según el cronista Alfonso de Palencia, la falta de un liderazgo claro entre la hueste conquistadora provocó que gran parte de la armada se desplegara posteriormente por las islas en busca de esclavos, y que en la isla tan solo permaneciera un contingente de unos trescientos soldados.[62]

Intento de asalto portugués

El 27 de julio se presentó en la bahía de las Isletas una armada portuguesa que, aliada con los canarios, pretendía expulsar a los castellanos.[63][64]

Cronología resumida de la conquista

Conquista de Gran Canaria (1478-1483)
Fecha Evento
24 de junio de 1478Desembarco en Las Isletas y fundación del real de Las Palmas.
28 de junio de 1478Batalla del Guiniguada.
Del 27 de julio al 1 de agosto de 1478Intentos de desembarco en Las Isletas de una armada portuguesa.
27 de agosto de 1478Nombramiento por los reyes de Pedro del Algaba como gobernador de Gran Canaria.
8 de agosto de 1479Llegada de una nueva armada bajo el mando de Pedro Hernández Cabrón y el obispo de Rubicón Juan de Frías.
24 de agosto de 1479Batalla en Tirajana con derrota de los conquistadores.
4 de febrero de 1480Nombramiento de Pedro de Vera como nuevo gobernador y capitán mayor de Gran Canaria.
3 de mayo de 1480Juan Rejón arresta a Pedro del Algaba.
28 de mayo de 1480Pedro del Algaba es ejecutado por orden de Rejón.
18 de julio de 1480Llegada de Pedro de Vera a Gran Canaria.
20 de agosto de 1480Batalla de Arucas, donde muere el caudillo Doramas a manos de Pedro de Vera.
30 de agosto de 1480Batalla en algún punto indeterminado del norte de la isla con victoria castellana.
Septiembre u octubre de 1480Nueva batalla en Tirajana con victoria castellana.
Abril o mayo de 1481Son enviados cuatro canarios principales a dar obediencia a los reyes en Calatayud.
Agosto y septiembre de 1481Construcción de la torre de Agaete.
Principios de noviembre de 1481Batalla en algún puerto de montaña indeterminado con victoria castellana y destrucción de los sembrados de los canarios.
Febrero de 1482Los conquistadores capturan al guanarteme de Gáldar Tenesor Semidan, que es enviado a Castilla.
5 de mayo de 1482Nueva entrada en Tirajana y Taidía, y asalto a la fortaleza de Titana con victoria castellana.
28 de octubre de 1482Llegada de Miguel de Mújica y Fernando Guanarteme con trescientos ballesteros.
15 de diciembre de 1482Gran batalla en la cumbre central de la isla con victoria castellana y captura de numerosos canarios.
30 de diciembre de 1482Los castellanos ponen sitio al roque Bentayga, dándose la rendición del faycan de Gáldar y de un caudillo de Telde con sus gentes. El faycan de Telde y Bentejuí se refugian en Tasarte con otros doscientos canarios.
Enero o febrero de 1482Batalla de Ajódar, con victoria de los canarios.
29 de abril de 1483Rendición definitiva de los canarios rebeldes en Ansite y final oficial de la conquista.

En la ficción

La conquista de Gran Canaria ha sido dramatizada en diferentes obras, tanto escritas como audiovisuales:

  • Tirma. Romance de la conquista de la Gran Canaria (1947), obra teatral de Juan del Río Ayala.
  • Tirma. La principessa delle Canarie (1954), largometraje hispano-italiano dirigido por Paolo Moffa y Carlos Serrano de Osma.
  • Historia de Canarias (1995), serie animada creada por Claudio Biern Boyd cuyo episodio undécimo está dedicado a la conquista de Gran Canaria.
  • Ansite (2011), cortometraje dirigido por Armando Ravelo.
  • Abenchara (2014), novela de Faneque Hernández.
  • Datana (2017), novela de Carlos González Sosa.
  • Atis Tirma (2021), novela de Ulises Martín Hernández.
  • Los giros del destino. Una novela sobre la conquista de Gran Canaria (2023), novela de Mariano Gambín García.

Notas

  1. Las dataciones modernas en diferentes yacimientos arqueológicos de la isla no han dado fechas anteriores al siglo III d. C.[15] No obstante, en la Historia natural del escritor romano Plinio el Viejo sobre las islas Afortunadas, basado a su vez en el testimonio de una expedición enviada a las islas por el rey maurtiano Juba II a finales del siglo I a. C., se indica que en Canaria «aparecen rastros de edificios».[16]
  2. Estos gomeros habían sido capturados en 1477 por Hernán Peraza, hijo de los señores de Canarias, junto con varios armadores onubenses. Fueron llevados a Castilla con intención de ser vendidos como esclavos, pero el obispo Juan de Frías denunció los hechos ante los reyes ya que los gomeros eran cristianos y no podían ser esclavizados. Finalmente los reyes los liberaron y ordenaron a los capitanes de la conquista que los trasladasen a su isla.[51]
  3. No existen datos oficiales sobre el día de la partida, aunque una carta expedida por el rey Fernando el 26 de mayo parece indicar que las armadas aún no habían partido.[56] En cuanto a lo indicado por las crónicas, Abréu Galindo y Gómez Escudero dicen que la partida fue el 23 de mayo,[39][57] mientras que para Marín de Cubas fue el 13 de junio.[58] Por su parte, Alfonso de Palencia dice que las flotas llegaron a aguas de Mauritania el día 4 de mayo.[44] La navegación desde Cádiz a Canarias se podía hacer en ocho días con buen tiempo.[59][60]

Referencias

  1. Serra Ràfols, 1990, pp. 32.
  2. Morales Padrón, 1978, pp. 22-23.
  3. Jiménez González, 1998, pp. 202-203.
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  8. Morales Padrón, 1978, pp. 41-44.
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  10. Cebrián Latasa, 2007, pp. 114; 118-119.
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  28. Torriani, 1959, pp. 109.
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  30. Abréu Galindo, 1848, pp. 70.
  31. Mederos Martín, 2019, pp. 10.
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Bibliografía

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