Celos
Los celos son una respuesta a una ruptura del equilibrio emocional que surge cuando una persona percibe la amenaza o siente la posibilidad de pérdida hacia algo que considera propio. Si bien se puede experimentar celos en muchos tipos de relaciones (p. ej., entre hermanos o amigos) comúnmente, se denomina celos en particular a los celos amorosos, celos sentimentales o celos románticos, esto es, a la inseguridad creada por la sola probabilidad, sospecha o inquietud de que la persona amada preste atención en favor de otra, generando incomodidad. Es tomada como una forma de posesión sobre otra persona, aunque la duda constante sobre si se posee o no a la otra persona sea la que desate la incomodidad. Por esta razón, también se mal conoce así al sentimiento de envidia hacia el éxito, posición o posesión de otra persona.

Los celos son una experiencia típica en relaciones humanas, y se han observado en bebés de tan sólo cinco meses.[1][2][3][4] Algunos investigadores afirman que los celos se ven en todas las culturas y son un rasgo universal.[5][6][7] Sin embargo, otros afirman que los celos son una emoción específica de una cultura.[8]
Los celos pueden ser sospechosos o reactivos,[9] y a menudo se refuerzan como una serie de emociones particularmente fuertes y se construyen como una experiencia humana universal. Psicólogoss han propuesto varios modelos para estudiar los procesos subyacentes a los celos y han identificado factores que dan lugar a los celos.[10] Sociólogos han demostrado que las creencias culturales y valores juegan un papel importante en la determinación de lo que desencadena los celos y lo que constituye expresiones socialmente aceptables de celos.[11] Biólogoss han identificado factores que pueden influir inconscientemente en la expresión de los celos. [12]
A lo largo de la historia, los artistas también han explorado el tema de los celos en pinturas, películas, canciones, obras de teatro, poemas y libros, y teólogoss han ofrecido visiones religiosas de los celos basadas en las escrituras de sus respectivas creencias.
Etimología y significado
La palabra proviene del bajo latín zelosus (lleno de celo), a su vez de la palabra ζῆλος (zēlos) del griego, a veces referida a sentir celos, pero más a menudo en sentido positivo «emulación, ardor, celo»[13][14] (con la raíz ζεῖν [zeîn] que connota «hervir, fermentar» o «levadura»).[15] El vocablo «celo» en el lenguaje bíblico se vendría a conocer como «no tolerar infidelidad alguna» mientras que la palabra «celos» es buena en el inglés medio.[16] Una palabra de origen gelus significaba «Posesivo y receloso» la palabra luego se convirtió en jelus.'[16]
La Real Academia Española recoge varios significados de «celo»,[15]en el sentido de cuidado, diligencia, esmero o entusiasmo, pero también y más en línea con el uso contemporáneo de «celos», lo define como «Envidia del bien ajeno, o recelo de que el propio o pretendido llegue a ser alcanzado por otra persona» y «sospecha, inquietud o temor de que la persona amada deposite su cariño en otra».[15]Como destaca esta definición, es difícil separar del todo su significado del de la palabra «envidia», y ambas palabras son comúnmente usadas de manera intercambiable.[17] La distinción entre ambas emociones es auún motivo de debate, aunque un estudio de Parrott y Smith (1993) en los Estados Unidos encontró que existen diferencias: La envidia estaba caracterizada por sentimientos de inferioridad, anhelo, resentimiento y desaprobación de la emoción, en tanto que los celos se caracterizaban por el miedo a la pérdida, desconfianza, ansiedad e ira.[17]Clanton enfatiza, en este sentido, que a diferencia de la envidia los celos implican «una reacción protectora ante una amenaza percibida a una relación valorada o a su cualidad»,[18]en particular cuando una persona cree que una relación marital o romántica está amenazada por un tercero o tercera real o imaginado.[18]
Desde que William Shakespeare utilizara términos como «monstruo de ojos verdes»,[19] el color verde se ha asociado con los celos y la envidia, de donde se deriva la expresión «verde de envidia».
Patología
La psicología actual explica que los celos son la respuesta natural ante la amenaza de perder una relación interpersonal importante para la persona celosa. Los celos parecen estar presentes en todas las personas, indistintamente de su condición socioeconómica o forma de crianza y se pueden manifestar en personalidades que aparentemente parecían seguras de sí mismas. Una característica en común, frecuente en las personas celosas, es que suelen tener rasgos de egoísmo. Los celos también tienen relación con la vergüenza que es una respuesta natural del organismo. Muchas personas, una vez que los experimentan, se sorprenden de sí mismas ya que ni siquiera sospechaban que los padecerían en primer lugar. Los celos pueden ser sanos cuando lo que se demanda es algo que se debe hacer sobre una base de equidad en la pareja; sin embargo acudir a este tipo de conducta refleja carencias personales muy profundas.
El celo carnal se expresa cuando se hacen demandas inapropiadas y cuando ejercen sentimientos enfermizos porque las demandas no son satisfechas. Este sentimiento refleja una cierta inseguridad emocional por perder dominio o sentir menoscabo en una relación interpersonal. Los celos se manifiestan ante la aparición de una situación o persona que el yo-interno clasifica como mucho más dominante y competitiva. Los celos provocan que el sujeto que los padece, se sienta vulnerado y ejerza un predominio de la persona objeto del celo, atrapándola en una red de circunstancias opresivas tales como privarla de la libertad, aislarla, seguirla al trabajo, revisar sus relaciones externas, buscar una evidencia de traición etc.[20]
Además de las circunstancias causadas por el libre albedrío que todo el mundo tiene, es la cuestión principal de los celos de origen psicológico. Los estudios de Egene W. Mathes, de la Western Illinois University, quien realizó experimentos de campo para comprobar las hipótesis de Greg White respecto a los celos, la persona "celosa" (A) siente celos en su relación con la persona "celada" (B) al aparecer el "intruso" (C) - que puede ser otra persona o circunstancia - debido a dos razones fundamentales:
- La pérdida de la relación representaría la pérdida de las recompensas y beneficios que dicha relación reportaba: la persona celosa ya no podrá compartir momentos de buena calidad o gratos con la persona celada: ya no conversarán, jugarán, o dormirán juntas, por ejemplo.
- La pérdida merma la seguridad en sí mismo o autoestima: para la persona celosa (A), la persona celada (B) habría de elegir entre ella (A) y el "intruso" (C) y habría optado por el último (C), lo que sugeriría que (C) es más importante o mejor que (A).
Este "intruso" (C) puede ser otra persona (por ejemplo el nacimiento de un nuevo hermano en el contexto familiar), o alguna situación externa (por ejemplo cuando la esposa ingresa a trabajar por primera vez y dedica menos tiempo al hogar, o surge una buena amistad a (B).
Esta situación entre (A) y (B) puede ser creada también por el entorno de trabajo, amistades o familia, aunque no tengan un interés directo en la relación entre ambos (envidia).
Frecuentemente cuando hablamos de personas celosas nos encontramos un perfil definido por la pasión, la ansiedad, el neuroticismo e incluso algo de sadomasoquismo. Estas personas tienen un profundo sentimiento de abandono, que la otra persona se ha reído de ellos y sus sentimientos, que los han utilizado. Todo esto les puede llevar del amor al odio en cuestión de segundos y el objeto de su amor pasa a ser el objeto de su actual odio. Cuando se llega a esta situación es cuando se pueden producir las agresiones físicas y psicológicas.
Celos patológicos (celopatía)

Los celos mal llevados al extremo constituyen una patología fuertemente autodestructiva, generalmente denominada celotipia o celopatía; quien padece esta enfermedad "vive" en un estado de infelicidad, en función de sus miedos y sospechas de engaño, muchas veces completamente infundados y prácticamente no acepta otra condición de verdad que no sean las evidencias que confirman su inseguridad en la relación. Los celos patológicos pueden manifestarse indistintamente en hombres o mujeres.
La prevención está relacionada con el aprendizaje durante la infancia de los valores de la tolerancia, el respeto y el reconocimiento de los derechos del otro. Además también pueden prevenirlos una buena comunicación en la pareja. Una vez desarrollados los celos, la terapia psicológica puede ser muy útil si es que no hay una patología subyacente, como el alcoholismo. Si hay una patología subyacente, la terapia psicológica debe abordarla. En los casos de delirio, el enfoque es farmacológico.[21]
Tipos de celos

- Celos de confraternidad: son los llamados celos de un hijo que va a tener un nuevo hermano, al cual dedican toda su atención sus padres, lo cual causa mucha incomodidad en el infante que ha estado acostumbrado a recibir el cariño solo a él y será cuestión de tiempo para que acepte que su hermano y él obtendrán el mismo cariño; en ocasiones, sin embargo, esos celos perduran hasta la adolescencia e incluso hasta la edad adulta y aquí se presenta un tipo de celos más cercano al odio, que puede llegar a tener consecuencias negativas en los hermanos menores.
- Celos juveniles: se presentan en relaciones juveniles en la adolescencia, cuando un adolescente empieza a buscar su pareja y cuando otro ya la ha conseguido tiene celos de esta persona al tener lo que él desea; por ejemplo, un chico se enamora de una chica, pero a esta la corteja otro chico, lo que despierta la rabia y celos del primer chico.
- Celos amorosos: muchos filósofos, científicos, religiosos, grandes eruditos y neurólogos defienden la teoría de que "celos" es la envidia y el egoísmo de una persona atraída al sexo opuesto que está siendo pretendida por otro individuo de su mismo género, es decir celos es: hombre enamorado + mujer + otro hombre enamorado de la misma mujer = celos, o viceversa, mujer enamorada + hombre + otra mujer enamorada del mismo hombre = celos, aunque este sentimiento también se puede dar en individuos del mismo género.
Ahora muchos[¿quién?] concuerdan en el sentido que los celos de los varones son más fuertes que los de las mujeres, ya que su cerebro tiene más amplia la hipófisis, que controla este sentimiento, y la testosterona hace que su instinto de procreación y de protección hacia sus hembras lo hagan perder más fácilmente la cordura, y comenzar a experimentar los celos. Por supuesto, los celos también se presentan en las relaciones donde ambos miembros de la pareja son varones y en las relaciones donde ambos miembros de la pareja son mujeres.[cita requerida]
Punto de vista de la antropología
La psicología evolucionista clásica admite que los celos son un fenómeno universal propio de la especie humana, con diferencias debidas al género de la persona basándose en el supuesto de que la especie ha vivido siempre en contextos de emparejamientos monogámicos, certeza sobre la paternidad y dependencia material y simbólica (alimentación, seguridad, estatus) de la mujer con respecto al varón. Así, los celos de las mujeres deberían estar motivados por la «infidelidad» emocional del varón (una forma de reaccionar a la posibilidad de que el varón deje de ser su proveedor) y los celos del varón, por la «infidelidad» sexual de la mujer (una forma de reaccionar a la posibilidad de estar proveyendo a hijos que no tienen su carga genética)[22]
Peter Van Sommers ofrece una mirada híbrida. Con base en el estudio de primates genéticamente cercanos a los humanos (2% de diferencia en el modelo cromosómico), que no parecen presentar comportamientos celosos, concluye que no hay un imperativo biológico para los celos y que estos son un producto meramente cultural. Pero, el hecho de que en todas las sociedades donde se dan relaciones sexuales «emocionalmente cargadas» se imponen los celos adultos y las dificultades que experimentaron individuos y grupos de nuestra sociedad que intentaron evadirlos, parecen indicar que hay raíces biológicas para los celos[23]
Existen unas pocas etnias en las que existen mecanismos sociales de minimización de los celos. En general son culturas no monogámicas en las que no se le da importancia a la paternidad biológica.
- Pueblo Canela (Canela Ramkokamekrá y Canela Apanyekrá) en el noreste brasileño. Según William Crocker, hombres y mujeres debían ser generosos con sus bienes y con sus cuerpos. Entre ellos, negar pública o privadamente el deseo sexual de otro era considerado una actitud mezquina antisocial y maligna. Además se destaca que el contacto de estos pueblos con la sociedad occidental y sus artículos industrializados fue cambiando las costumbres y esto trajo aparejado deseos de posesividad sobre estos bienes y celos de los varones sobres las mujeres.[24]
- Mosuo en el sur de China. Según Judith Stacey existen entre los mosuo normas culturales que parecen operar para suprimir la posesividad sexual. Los mosuo sienten celos y envidia pero saben que deben reprimirlos e ignorarlos en aras de mantener la armonía. Para ellos, el amante celoso es ridículo, casi como un ladrón, y la falta de generosidad, es deshonrosa.[25]
Referencias
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- Shackelford, T.K.; Voracek, M.; Schmitt, D.P.; Buss, D.M.; Weekes-Shackelford, V.A.; Michalski, R.L. (2004). «Celos románticos en la edad adulta temprana y en la vida posterior». Human Nature 15 (3): 283-300. PMID 26190551. S2CID 10348416. doi:10.1007/s12110-004-1010-z.
- Buss, D.M. (2000). La pasión peligrosa: Por qué los celos son tan necesarios como el amor y el sexo. Nueva York: Free Press.
- Buss DM (December 2001), «Naturaleza humana y cultura: una perspectiva psicológica evolutiva», J Pers 69 (6): 955-78, PMID 11767825.
- White, G.L., & Mullen, P.E. (1989). Jealousy: Theory, Research, and Clinical Practice. New York, NY: Guilford Press.
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- Clanton, Gordon (1996). «A Sociology of Jealousy». International Journal of Sociology and Social Policy 16 (9/10): 171-189.
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Bibliografía
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- Mathes, Eugene (1991). «A Cognitive Theory of Jealousy». The Psychology of Jealousy and Envy. New York: Guilford Press. ISBN 0-89862-555-6.
Enlaces externos
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