Adicción a redes sociales

El uso problemático de las redes sociales, también conocido como adicción a las redes sociales, uso excesivo de las redes sociales o ciberadicción, es la dependencia psicológica o conductual a las plataformas de las redes sociales, similar la ludopatía, el trastorno de adicción a Internet y otras formas de uso excesivo de los medios digitales. En general, se define como el uso compulsivo de plataformas de redes sociales que resulta en deterioro significativo en la función de un individuo en varios aspectos de la vida durante un período prolongado. Esta y otras relaciones entre el uso de medios digitales y la salud mental se han investigado, considerablemente entre expertos en varias disciplinas, y han generado controversia en las comunidades médicas, científicas y tecnológicas. La investigación sugiere que afecta a mujeres y niñas más que a niños y hombres y que parece afectar a las personas según la plataforma de redes sociales utilizada. Dichos trastornos pueden diagnosticarse cuando una persona realiza actividades en línea a costa de cumplir con las responsabilidades diarias o perseguir otros intereses, y sin tener en cuenta las consecuencias negativas Que muchas veces afecta a los niños

Uso problemático de las redes sociales


El uso excesivo de las redes sociales no ha sido reconocido como un trastorno por la Organización Mundial de la Salud o el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Sin embargo, el diagnóstico relacionado del trastorno del juego se ha incluido en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11). Las controversias sobre el uso problemático de las redes sociales incluyen si el trastorno es una entidad clínica separada o una manifestación de trastornos psiquiátricos subyacentes. Los investigadores han abordado la cuestión desde una variedad de puntos de vista, sin definiciones universalmente estandarizadas o acordadas. Esto ha llevado a dificultades en el desarrollo de recomendaciones basadas en evidencia.

Las redes sociales (RS) son un espacio virtual en el que los individuos pueden interactuar, tienen como propósito la comunicación entre ellos, el compartir opiniones, emociones, etc.[1]

La Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no considera a la adicción de las redes sociales como una enfermedad, pero en el año 2019 un grupo de parlamentarios de Reino Unido, en colaboración con la Royal Society for Public Health (RSPH) elaboró un informe en el cual se pide al gobierno británico considerar a la adicción a las redes sociales como una enfermedad, debido a que afecta a la salud mental de los usuarios.[2]

En el año 2020 se ha visto un incremento en el uso de las redes sociales y distintas aplicaciones. Por ejemplo, donde "Tik Tok" ha registrado un aumento de usuarios de manera frenética durante la emergencia sanitaria registrada a nivel mundial. La mayoría de las personas encontraron en esta red social una forma de poder pasar el tiempo, pero "Tik Tok" también ha demostrado la facilidad con la que las personas pueden volverse adictas por generar y consumir contenido de diferentes tipos.

Perfil de una persona adicta a las redes sociales:

De acuerdo a Fernández[3] las adicciones a las redes sociales se caracterizan cuando sucede lo siguiente:

- Existe un dominio entre las redes sociales y pensamientos, sentimientos y conducta.

- Utiliza mucho tiempo y esfuerzo.

- Empiezan a existir problemas en su entorno o consigo mismo o deja de atender responsabilidades en el trabajo o en sus actividades académicas.

- Niega tener problemas con su papel en relación con la actividad y ostenta de poder dejarlas.

- Registra publicaciones de poco interés al público solamente para tener la atención de ello.

-Presta mayor atención a las mismas publicaciones solamente por estar en las redes sociales la mayor parte del tiempo y supuesta mente estar actualizado.

- Pérdidas económicas y adicciones mayores al uso frecuente de las redes sociales.

- Lejanía ante familiares y amistades cercanas por la frecuencia ante el uso de las redes sociales.

Mecanismos de adicción

Un artículo de 2017 señalaba la "norma cultural" entre los adolescentes de estar siempre conectados o pendientes de las redes sociales, destacando que esto refleja la "necesidad de pertenencia" de los jóvenes y de estar al día, lo que perpetúa el síndorme "FOMO" (Fear Of Missing Out) "temor a perderse algo". Otras motivaciones son la búsqueda de información y la formación de la identidad, así como el voyeurismo y el ciberacoso. Para algunas personas, las redes sociales pueden convertirse en "la actividad más importante a la que se dedican". Esto puede relacionarse con la jerarquía de necesidades de Maslow, en la que las necesidades humanas básicas suelen satisfacerse a través de las redes sociales. Las expectativas de resultados positivos y el autocontrol limitado del uso de las redes sociales pueden convertirse en un uso "adictivo" de las mismas. Es más, el uso problemático de las redes sociales puede aumentar cuando se utilizan para hacer frente al estrés psicológico o a la incapacidad percibida para hacer frente a las exigencias de la vida.[4]

La antropóloga Natasha Dow Schüll observó paralelismo con la industria de las apuestas inherentes al diseño de varias redes sociales, con sus "bucles lúdicos o ciclos repetidos de incertidumbre, anticipación y retroalimentación" (Como ejemplo se pueden destacar las "Stories de Instagram" o el "Doom-scrolling" de TikTok) que contribuyen potencialmente al uso problemático de las redes sociales.[5] Otro factor que facilita directamente el desarrollo de la adicción a los medios sociales es la actitud implícita hacia el dispositivo tecnológico[6]

Mark D. Griffiths, psicólogo colegiado centrado en el campo de las adicciones conductuales, también postuló en 2014 que el uso de las redes sociales puede satisfacer impulsos evolutivos básicos a raíz de la urbanización masiva en todo el mundo. Las necesidades psicológicas básicas de "una vida en comunidad segura y predecible que evolucionó a lo largo de millones de años" permanecen inalteradas, lo que lleva a algunos a encontrar comunidades en línea para hacer frente al nuevo modo de vida individualizado de algunas sociedades modernas.[7]

Según Andreassen, las investigaciones empíricas, indican que la adicción a las redes sociales está condicionada por factores disposicionales (como son la personalidad, los deseos y la autoestima),aunque quedan por investigar empíricamente factores específicos de refuerzo sociocultural y conductual.[8]

Un análisis secundario de una gran encuesta transversal inglesa de 12.866 jóvenes de 13 a 16 años publicada en Lancet [9]descubrió que los resultados en salud mental del uso problemático de las plataformas de medios sociales pueden deberse en parte a la exposición al ciberacoso, así como al desplazamiento en la arquitectura del sueño y el ejercicio físico, especialmente en las chicas.[10] A través del ciberacoso y la discriminación, los investigadores han descubierto que las tasas de depresión entre los adolescentes han aumentado drásticamente. En un estudio realizado sobre 1.464 usuarios aleatorios en Twitter, el 64% de esas personas estaban deprimidas, mientras que la mayoría de los usuarios deprimidos tenían entre 11 y 20 años. El estudio se asoció con una falta de confianza debido al estigma de los que estaban deprimidos. Del 64% que estaban deprimidos, más del 90% de ellos tenían muy pocas imágenes de perfil y medios compartidos. Además, el estudio también encontró una fuerte correlación entre el sexo femenino y la expresión de la depresión, concluyendo que la proporción mujer-hombre es de 2:1 para el trastorno depresivo mayor.[11]

Referencias

  1. Echeburúa y Requesens (2012). «1». Adicción a las redes sociales y nuevas tecnologías en niños y adolescentes. Ediciones Pirámide. p. 22. ISBN 978-84-368-2700-2. Consultado el 3 de marzo de 2020.
  2. «Report from the All Party Parliamentary Group on Social Media and Young People’s Mental Health and Wellbeing Inquiry:“Managing the Impact of Social Media on Young People’s Mental Health and Wellbeing”».
  3. Fernández Sánchez, Néstor (28 de agosto de 2013). «Trastornos de conducta y redes sociales en Internet». Salud Mental. Archivado desde el original el 29 de octubre de 2020. Consultado el 3 de marzo de 2020.
  4. Kuss, Daria J.; Griffiths, Mark D. (2017-3). «Social Networking Sites and Addiction: Ten Lessons Learned». International Journal of Environmental Research and Public Health 14 (3): 311. ISSN 1661-7827. PMC 5369147. PMID 28304359. doi:10.3390/ijerph14030311. Consultado el 29 de noviembre de 2023.
  5. Schüll, Natasha Dow (2014). Addiction by design: machine gambling in Las Vegas. Princeton university press. ISBN 978-0-691-16088-7.
  6. Turel, Ofir; Serenko, Alexander (1 de junio de 2020). «Cognitive biases and excessive use of social media: The facebook implicit associations test (FIAT)». Addictive Behaviors 105: 106328. ISSN 0306-4603. doi:10.1016/j.addbeh.2020.106328. Consultado el 29 de noviembre de 2023.
  7. Griffiths, Mark D.; Kuss, Daria J.; Demetrovics, Zsolt (2014). Social Networking Addiction (en inglés). Elsevier. pp. 119-141. ISBN 978-0-12-407724-9. doi:10.1016/b978-0-12-407724-9.00006-9. Consultado el 29 de noviembre de 2023.
  8. Andreassen, Cecilie Schou; Pallesen, Stale. «Social Network Site Addiction - An Overview». Current Pharmaceutical Design (en inglés) 20 (25): 4053-4061. doi:10.2174/13816128113199990616. Consultado el 29 de noviembre de 2023.
  9. «Our Future». Our future: a Lancet commission on adolescent health and wellbeing. doi:10.1016/S0140-6736(16)00579-1.
  10. Mahase, Elisabeth (13 de agosto de 2019). «Social media can harm when use displaces sleep or exercise or involves bullying, finds study». BMJ (en inglés): l5143. ISSN 0959-8138. doi:10.1136/bmj.l5143. Consultado el 29 de noviembre de 2023.
  11. Yazdavar, Amir Hossein; Mahdavinejad, Mohammad Saeid; Bajaj, Goonmeet; Romine, William; Sheth, Amit; Monadjemi, Amir Hassan; Thirunarayan, Krishnaprasad; Meddar, John M. et al. (10 de abril de 2020). «Multimodal mental health analysis in social media». En Zhao, Jichang, ed. PLOS ONE (en inglés) 15 (4): e0226248. ISSN 1932-6203. PMC 7147779. PMID 32275658. doi:10.1371/journal.pone.0226248. Consultado el 29 de noviembre de 2023.
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